Apuntes de “Filosofía y Ciudadanía”.
1º Bachillerato.
I.E.S. Eugenio Hermoso (Fregenal de la Sierra).
Departamento de Filosofía.
Curso 2014-2015
CRITERIOS
DE EVALUACIÓN.
1.
Expresarse correctamente tanto de forma oral como escrita, no
cometiendo faltas de redacción ni de ortografía.
2.
Realizar mapas conceptuales, cuadros sinópticos o esquemas-resumen
significativos de textos de breve extensión y de algunos de los
temas.
3.
Analizar y comentar textos filosóficos identificando de forma
precisa los problemas, argumentos y soluciones que planteen,
explicando sus conceptos clave y relacionando su contenido con los
conocimientos adquiridos, mediante la realización de esquemas y de
un desarrollo escrito que incluya reflexiones críticas propias de
forma clara y coherente.
4.
Realizar, con las orientaciones pertinentes, la lectura y reflexión
sobre uno o varios ensayos u obras literarias (también sobre textos
algo más breves) que contengan problemas de carácter filosófico
relacionados con algunos de los contenidos estudiados.
5.
Participar en debates sobre temas de actualidad, relacionados con
algunos de los contenidos, adoptando una actitud reflexiva y crítica
que permita confrontar posiciones filosóficas y valorar sus
aportaciones para la comprensión e interpretación de los mismos.
6.
Realizar un trabajo monográfico o disertaciones filosóficas
individuales o en grupo acerca de algún problema filosófico de
interés para el alumno que esté relacionado con algunos de los
contenidos y que requiera la búsqueda de información relevante
utilizando diversas fuentes, el análisis y evaluación crítica
desde distintas perspectivas y la argumentación propia acerca del
problema presentado.
7.
Reconocer y analizar la especificidad del saber filosófico
diferenciándolo de otros saberes y valorando la actitud reflexiva y
crítica que caracteriza a la filosofía, así como la utilidad de
las cuestiones que plantea para una mejor comprensión de los
problemas del ser humano en relación con su tiempo y la necesidad de
la misma para hacer al ser humano más libre frente a los prejuicios
y elementos dogmáticos que nos rodean.
8.
Conocer el origen de la vida y del ser humano desde la perspectiva
evolutiva, así como las características específicas de este
último, identificando distintas posiciones antropológicas y
filosóficas sobre la cuestión y enjuiciando las posiciones
etnocéntricas, relativistas y universalistas sobre la relación
entre las diversas culturas.
9.
Reconocer y explicar las características más relevantes de los
tipos de conocimiento (mítico, filosófico y científico). Analizar
algunos de los problemas filosóficos fundamentales como el de la
fundamentación de los criterios de verdad, el de la formalización
del lenguaje y los problemas relativos al conocimiento científico
respecto de sus orígenes, métodos y límites.
10.
Reconocer y explicar algunos problemas filosóficos relevantes
respecto de la idea de construcción de la realidad (física y
metafísicamente).
11.
Conocer y analizar la especificidad de la acción humana atendiendo a
los problemas que la filosofía plantea respecto de sus dimensiones
ética, técnica y estética, utilizando los conceptos adquiridos
para comprender y enjuiciar críticamente las repercusiones que para
la vida humana individual y colectiva tienen los diversos modos de
actuar.
12.
Reconocer y explicar aspectos significativos de la vida humana en
sociedad analizando problemas fundamentales que la filosofía plantea
sobre el origen de la sociedad y del Estado; la organización social
y la interacción entre el individuo y la sociedad; así como conocer
las teorías fundamentales sobre el Derecho y la Justicia, el orden y
el cambio social.
PROCEDIMIENTOS
DE EVALUACIÓN DEL APRENDIZAJE.
– Al
principio de curso, el profesor le propondrá a los distintos grupos
de 1º de Bachillerato la posibilidad de evaluar la materia mediante
trabajos sobre los contenidos impartidos en clase, comentarios de
texto y reseñas de libros. La buena marcha de este método
excluiría, en principio, la realización de controles y exámenes
globales de evaluación; en caso contrario se aplicaría lo que a
continuación se especifica.
– Se
realizarán dos exámenes por trimestre de los que se hará la media
(solo en el caso de que la calificación en cada uno de ellos sea de
un 4 como mínimo en cualquier caso). Para aprobar la evaluación, la
media entre los dos debe ser al menos de un 5. Los alumnos que no
superen la evaluación tendrán la posibilidad de recuperarla en un
examen a final de curso.
–
Cada examen, trabajo
o reseña se evaluarán atendiendo a los siguientes criterios:
1. adecuación
pregunta- respuesta.
2. corrección
formal y ortográfica.
3. capacidad de
análisis y síntesis.
4. capacidad de
definir y de usar los términos filosóficos correctamente.
5. capacidad de
argumentación y razonamiento.
6. identificación
correcta de un autor con sus ideas.
7. presentación
correcta del contenido y orden expositivo utilizado.
–
Además será objeto
de evaluación todo el trabajo que el alumno realice tanto en el aula
como en casa; las calificaciones correspondientes quedarán
reflejadas en el cuaderno del profesor.
– Se
distinguirá entre trabajo obligatorio y voluntario, no pudiendo
perjudicar en ningún caso este último la calificación final del
alumno, pero tampoco mejorarla a no ser que esté correctamente
realizado. Los trabajos voluntarios no podrán presentarse en las dos
semanas previas a la evaluación, a no ser que el profesor lo
considere oportuno.
– El
profesor realizará, aparte de los exámenes y trabajos establecidos,
cuantas pruebas considere necesarias para evaluar el nivel de
competencia curricular y la evolución del alumno.
CRITERIOS
DE CALIFICACIÓN.
– Se
realizarán, al menos, dos exámenes o trabajos por trimestre
relacionados con los contenidos impartidos en clase.
– Se
realizará, asimismo, una reseña mínima al trimestre de un libro
elegido por el alumno y consultado con el profesor.
–
Los exámenes,
trabajos, comentarios de texto y reseñas contarán un 70 % para la
nota y el trabajo diario, así como la actitud y el comportamiento en
clase un 30%. La evaluación no podrá aprobarse si la
calificación no es de al menos 5 puntos en lo que respecta a los
examenes de evaluación. En caso de que los exámenes sean
sustituidos por la realización de trabajos, la nota se hará a
partir de la media entre los distintos trabajos, siempre que éstos
hayan obtenido una calificación mínima de 5. Los alumnos con
calificación negativa en los trabajos podrán repetirlos y
entregarlos de nuevo a lo largo del trimestre, excepto en la semana
previa a las evaluaciones.
– La
lectura de un libro al trimestre será obligatoria y de ellas se
examinará a los alumnos mediante una reseña, para cuya realización
el profesor facilitará al alumno un guión y unas pautas. Este
trabajo será calificado como Apto o No apto; en el
primer caso le valdrá al alumno medio punto más en la calificación
final de la evaluación, mientras que en el segundo no restará nada
a dicha calificación. No entregar en tiempo y forma la reseña
supondrá la calificación negativa de la evaluación.
– El
alumno que apruebe todas las evaluaciones tendrá aprobado el curso.
Su calificación final será la media de las calificaciones de las
tres evaluaciones.
– Si
el alumno tiene que recuperar alguna evaluación, la calificación
será la de la media entre la nota de la evaluación/es aprobadas y
la obtenida en el examen de recuperación. En caso de tener todo el
curso suspenso, la calificación será la obtenida en el examen
final.
– En
el caso de que las medias no resulten exactas, la calificación se
redondeará en función de la nota obtenida del modo siguiente: si
resulta x,5 o superior, la calificación será el número natural
siguiente (ej: 6,5 ó 6,6 será 7); en caso contrario la calificación
será el número anterior ( 6,4 será 6).
– Se
considerarán razones suficientes para bajar la nota de un examen o
un trabajo:
1. Responder a lo
que no se pregunta.
2. No utilizar
términos filosóficos correctamente.
3. No expresarse con
corrección lógica, ni de forma organizada (cometer anacolutos,
falta de concordancia sintáctica entre sujeto y predicado, falta de
puntuación o errores ortográficos, etc.) Los errores repetidos de
este tipo pueden suponer hasta 1 punto menos.
4. No localizar el
tema principal de un texto ni desarrollarlo correctamente.
5. Un examen sucio y
sin márgenes supondrá medio punto menos en la nota obtenida por el
alumno.
6. Cometer faltas de
ortografía; se bajará medio punto por cada 3 tildes no puestas
correctamente, o puestas donde no corresponden, y un punto por cada
tres faltas de ortografía.
RECUPERACIONES.
Se
realizará una prueba en junio para que los alumnos con alguna
evaluación suspensa puedan recuperarla. La calificación se hará
realizando la media entre la calificación obtenida en la
recuperación y la de la/s evaluación/es aprobadas; si el alumno
debe recuperar toda la materia, la calificación será la obtenida en
este examen. En caso de no recuperar en junio, el alumno irá con
toda la materia a la prueba extraordinaria de septiembre.
Esto
no obsta para que el profesor pueda recomendar la realización de
trabajos, comentarios, esquemas o lecturas… o cuanto considere
oportuno para favorecer la recuperación de cada alumno, orientándole
sobre aquellas cuestiones en que tenga mayor dificultad.
ÍNDICE
UNIDAD 1. LA FILOSOFÍA Y SUS INTERROGANTES.
UD. 2. LA CIENCIA Y OTROS MODELOS DE SABER.
UD. 3. LA RACIONALIDAD TEÓRICA: VERDAD Y REALIDAD.
UD. 4. LA RACIONALIDAD PRÁCTICA: ÉTICA Y POLÍTICA.
UD. 5. EL LENGUAJE Y LA LÓGICA.
UD. 6. EL SER HUMANO: NATURALEZA Y CULTURA.
UD. 7. CONCEPCIONES FILOSÓFICAS DEL SER HUMANO.
UD. 8. FUNDAMENTOS DE LA ACCIÓN MORAL.
UD. 9. TEORÍAS ÉTICAS. LA FELICIDAD Y LA JUSTICIA.
UD. 10. ORIGEN Y LEGITIMIDAD DEL PODER POLÍTICO.
UD. 11. LA CONSTRUCCIÓN FILOSÓFICA DE LA
CIUDADANÍA.
UD. 12. EL ESTADO DEMOCRÁTICO DE DERECHO.
UD. 13. DEMOCRACIA MEDIÁTICA Y CIUDADANÍA GLOBAL.
UD. 1. LA FILOSOFÍA Y SUS INTERROGANTES.
OBJETIVOS.
– Comprender el papel que tienen en numerosas culturas
la magia, los mitos y los ritos.
– Explicar la diferencia entre las descripciones
mítica y filosófica de la realidad.
– Identificar las etapas fundamentales en la historia
de la filosofía, describiendo los rasgos básicos del contexto
socio-histórico y exponiendo las preguntas fundamentales de las que
se ocupan los filósofos en cada momento.
– Reconocer algunos de los interrogantes fundamentales
de los que se ocupa la filosofía actual, valorar su relevancia y
apreciar las repercusiones prácticas que implican.
– Distinguir la filosofía de otras actividades como
la ciencia, la religión o la literatura.
– Aclarar el carácter de saber universal, radical,
racional y crítico que tiene la filosofía
– Valorar las funciones que desempeña el saber
filosófico, estableciendo una relación
entre sus propuestas
teóricas y su posible utilidad práctica.
CONTENIDOS.
El
saber racional.
¿En
qué se diferencian las personas de los demás animales? Una posible
respuesta a esta regunta consiste en distinguir el comportamiento
animal del comportamiento humano.
Los
animales actúan de forma instintiva, siguiendo los impulsos de su
naturaleza, mientras que las personas podemos actuar de manera
racional (aunque no siempre lo hagamos). La capacidad del ser humano
de pensar, razonar, comprender, interpretar y dar respuestas es una
de las características que nos diferencia de los animales. Por esta
razón los seres humanos se han formulado todo tipo de preguntas
desde la más remota antigüedad. Las personas nos preguntamos qué
hay detrás de la muerte, por qué debemos hacer el bien, quién ha
creado todo lo que vemos, por qué debemos seguir las reglas que nos
imponen los demás, cuál es el sentido de nuestra vida… La
necesidad del ser humano de encontrar respuestas para estas preguntas
aparece en todas las culturas, tanto en el pasado como en la
actualidad. En muchas ocasiones las respuestas se han basado en
explicaciones prerracionales que se basan en la magia y en el mito.
La magia es la creencia en que las personas podemos ejercer un
poder directo sobre el mundo, ejecutando determinadas ceremonias que
se llaman ritos.
Los
mitos –por su parte– son narraciones sagradas de
acontecimientos sucedidos hace mucho tiempo, y en los que ciertos
seres sobrenaturales (como dioses o héroes) realizaron acciones
memorables que explican el mundo actual. Los mitos están
presentes en muchas culturas, tanto del pasado como de nuestro
tiempo, y sirven para ofrecer respuestas a las grandes preguntas que
todos nos hacemos basándose en la creencia en dioses y seres
sobrenaturales.
Hoy
en día, a los habitantes del mundo occidental, las explicaciones
míticas no nos terminan de convencer. Cuando buscamos una respuesta
esperamos encontrar una explicación racional en lugar de una
narración mítica. Esta aspiración a encontrar respuestas
racionales, que nosotros damos por sentada, supuso una enorme
revolución intelectual cuando apareció. Los primeros que intentaron
encontrar explicaciones racionales para las preguntas que se hacían
fueron los filósofos presocráticos.
Los
presocráticos vivieron en las costas griegas de Asia Menor hacia el
siglo VI a.C. y aspiraban a buscar explicaciones racionales
inmanentes para superar la arbitrariedad y la contingencia de las
narraciones míticas. Ellos sustituyeron la tradicional idea del
destino por la de necesidad. El mundo no es caótico ni caprichoso,
sino que está ordenado según unas leyes determinadas que podemos
descubrir con nuestra razón. Las cosas no suceden por una fatalidad
irremediable ni porque lo quieran los dioses, sino que ocurren por
una serie de causas que podemos investigar.
La
filosofía es una manera de buscar respuestas a las grandes preguntas
que todos nos hacemos.
Para
entender lo que es la filosofía hay que aprender a distinguirla de
otros campos del saber, como la ciencia, la religión o
la literatura.
Desde
Aristóteles ha persistido la idea de que la filosofía es ciencia,
entendiendo por ciencia un saber riguroso, capaz de
ofrecernos la estructura fundamental de la realidad. Sin embargo,
esta idea de ciencia no es la que tenemos hoy. Para nosotros, los
enunciados científicos han de poder verificarse empíricamente, cosa
que no ocurre con los enunciados filosóficos. Esto no significa que
la filosofía no sea un saber racional y riguroso, sino que hay
diferencias notables entre una (la filosofía) y otra (la ciencia),
por ejemplo en los siguientes aspectos:
– Actitud. Al científico le preocupan los
fenómenos que pueden observarse y medirse; al filósofo le interesa
conocer la totalidad de lo que hay, lo que son en realidad el
mundo y el ser humano
– Interés. El científico pretende sobre todo
conocer la realidad para predecir acontecimientos futuros y poder
intervenir en ellos; al filósofo le mueve el deseo de saber y de
encontrar la felicidad.
– Objeto. La ciencia considera las cosas tal
como son, la filosofía se ocupa del sentido de todo lo que existe.
La
religión se distingue de la filosofía porque ofrece respuestas
basándose en la fe y en la tradición sagrada (como la que se recoge
en los libros sagrados, por ejemplo).
La
literatura a veces aborda también grandes preguntas filosóficas,
pero el objetivo primordial de una obra literaria es crear belleza,
mientras que el propósito principal de a filosofía es buscar
respuestas.
Los
grandes interrogantes filosóficos a lo largo de la historia;
principales etapas históricas de la filosofía occidental.
La filosofía griega.
La
filosofía antigua se extiende desde el siglo VII a.C., con los
filósofos presocráticos, hasta el siglo IV d.C. Los primeros
filósofos estaban interesados sobre todo por la naturaleza, a la que
llamaban physis. Sentían un gran asombro ante la regularidad
y el orden de la naturaleza, que para ellos necesitaba ser explicado.
Los filósofos presocráticos querían saber de qué estaban hechas
todas las cosas, pero no consiguieron ponerse de acuerdo en sus
respuestas. Unos pensaban que para contestar a esta cuestión había
que basarse en el conocimiento proporcionado por los sentidos,
mientras que otros creían que debíamos fiarnos sólo de la razón.
En
el siglo V a.C. se produjo un importante cambio en la filosofía,
cuando los filósofos empezaron a hacerse preguntas que tenían que
ver con las personas. Uno de los primeros que empezó a cuestionarse
cómo debemos comportarnos o por qué debemos obedecer las leyes fue
Sócrates. A este cambio en las preocupaciones de la filosofía se le
denomina el “giro antropológico” del siglo V, porque está más
interesado en la ética y la política que en la naturaleza. Después
de Sócrates, su discípulo Platón intentó responder a todas esas
grandes preguntas (acerca del mundo y de la naturaleza, y también
acerca del hombre) elaborando un completo sistema filosófico. Lo
mismo hizo Aristóteles, discípulo de
Platón,
aportando sus propias ideas sobre estos temas.
La
etapa final de la filosofía antigua se desarrolla después de la
muerte de Alejandro Magno. Esta es la época del helenismo, donde la
principal preocupación de los filósofos era la ética individual.
En este periodo se desarrollaron las escuelas de los epicúreos y los
estoicos, entre otras.
El
pensamiento cristiano medieval.
La
filosofía medieval comienza en el siglo IV d.C. y finaliza en el
Renacimiento (siglo XV). En esta época el mundo occidental estuvo
marcado por la importancia de la religión cristiana en todos los
ámbitos de la vida. La Iglesia tenía una gran influencia y el
horizonte vital del ser humano era la salvación después de la
muerte. El cristianismo introdujo la idea de un Dios creador del
mundo a partir de la nada, una idea que era nueva y que los griegos
no tenían. La filosofía se ocupó de intentar aclarar cómo eran
las relaciones entre hombre y Dios, en un complejo debate entre la fe
y la razón.
La
historia de la filosofía medieval suele dividirse en dos grandes
etapas. La primera etapa es la Patrística y se desarrolla
desde el siglo V hasta el X. En este periodo desarrollaron su obra
los Padres de la Iglesia, entre los que destacó San Agustín de
Hipona (354 - 430). Los filósofos de la Patrística realizaron una
síntesis entre la filosofía griega de Platón y la religión
cristiana. La segunda etapa de la filosofía medieval es la
Escolástica, que tiene lugar entre los siglos XI y XIV. En
este periodo la filosofía se desarrollaba en las escuelas
monásticas. El más destacado representante de la escolástica es
Santo Tomás de Aquino (h. 1225 - 1274), que consiguió sintetizar la
filosofía de Aristóteles con el cristianismo.
La
filosofía moderna.
Se
inauguró con la Revolución Científica en el siglo XVI, que cambió
nuestra forma de ver el mundo, y se afianzó con la figura de René
Descartes. En esta época, frente al geocentrismo medieval, se
desarrolló un nuevo interés por el hombre al que se denominó
humanismo. Se afirmó la independencia de la razón respecto de la fe
y la tradición, con lo que la filosofía se independizó de la
religión. Se desarrolló una nueva forma de hacer ciencia, basada en
las matemáticas y en el método experimental, lo que permitió
separar la ciencia de la filosofía.
La
filosofía moderna comienza en el siglo XVI y se extiende hasta el
siglo XVIII. Los filósofos modernos están sobre todo interesados
por aclarar el problema del conocimiento. ¿Cómo conocemos la
realidad que nos rodea? ¿Existe algún método adecuado para
alcanzar la verdad? Las respuestas a estas preguntas fueron muy
variadas y dieron lugar a distintas escuelas, como el racionalismo o
el empirismo. Los racionalistas creían que la base segura para
alcanzar un conocimiento verdadero debe ser la razón. Los
empiristas, por el contrario, pensaban que la base del conocimiento
debe ser la experiencia. Además de su interés por el conocimiento,
los filósofos de la edad moderna también se hicieron importantes
preguntas acerca de la sociedad y de la política. En esta etapa se
desarrolló la Ilustración y la teoría contractualista, según la
cual las personas vivimos en sociedad porque hemos adoptado un
acuerdo o contrato para vivir juntos.
La
filosofía contemporánea.
La
filosofía contemporánea es la que se desarrolla a partir del siglo
XIX hasta la actualidad. En esta época ha habido una gran variedad
de autores y preocupaciones, aunque podríamos decir que el interés
principal de los filósofos ha sido el ser humano y la sociedad. La
filosofía en este momento está marcada por el auge y el desarrollo
del conocimiento científico, aunque también hay corrientes y
pensadores muy ocupados en buscar otras dimensiones más allá de la
ciencia. Un panorama general tendría que repasar las principales
corrientes filosóficas contemporáneas: idealismo y materialismo,
positivismo, liberalismo, vitalismo, filosofía analítica,
fenomenología, existencialismo, hermenéutica, estructuralismo…
¿Qué
es la filosofía?
Podríamos
decir que la filosofía trata de buscar respuestas y explicaciones
últimas para las grandes preguntas que todos nos hacemos. Conviene
aclarar que la filosofía no ofrece respuestas definitivas, porque no
es un catálogo de soluciones sino más bien una búsqueda incesante.
De hecho, la palabra filosofía viene del griego y significa “amor
a la sabiduría”, porque un filósofo es alguien que trata de
encontrar respuestas a sus interrogantes.
Para
aclarar un poco más lo que es la filosofía, podríamos afirmar que
se trata de un saber universal, radical, racional y crítico:
– Es un saber universal porque busca respuestas
totales o globales para las grandes preguntas. En esto se distingue
de los demás saberes, que se interesan por áreas particulares de la
realidad.
– Es un saber radical porque aspira a encontrar las
respuestas últimas, el sentido profundo de las cosas, el porqué y
no sólo el cómo.
– Es un saber racional porque pretende encontrar
explicaciones argumentadas, justificando de forma adecuada sus
respuestas.
– Es un saber crítico porque se enfrenta a las
opiniones establecidas que se basan en el dogmatismo y la tradición.
Para un filósofo no basta con que todos hayan siempre creído algo,
porque lo importante es analizarlo racionalmente y cuestionarlo para
discernir qué es válido y qué no.
Es
importante recordar que la filosofía no sólo ofrece explicaciones
teóricas sobre el mundo, sino que además ofrece orientaciones
prácticas que nos ayudan a saber cómo vivir. Por eso se dice que la
filosofía tiene dos vertientes: La racionalidad teórica (que
aspira a conocer, gnoseología) y la racionalidad práctica
(que se preocupa por cómo actuar, ética).
Las
ramas de la filosofía.
La
filosofía se ha dividido tradicionalmente en grandes ramas o
disciplinas diferentes, según el tipo de preguntas que nos
planteamos.
– La metafísica se plantea cuestiones acerca
de la realidad. Se hace preguntas como: ¿En qué consiste la
realidad? ¿Qué es lo que de verdad existe? ¿Cuál es su causa?
– La gnoseología o epistemología se
plantea preguntas sobre el conocimiento: ¿Qué puedo conocer? ¿Cuál
es el método que debo seguir para que mi conocimiento sea válido?
– La lógica estudia cómo debemos ordenar
nuestros razonamientos para que estén bien formulados. Se plantea
preguntas como: ¿Cuál es la forma correcta de argumentar? ¿Cómo
debo articular mis ideas para expresarlas de forma coherente?
– La antropología filosófica se interesa por
el ser humano y se cuestiona preguntas como: ¿Existe el alma humana?
¿Es inmortal? ¿Somos libres las personas o más bien somos como
máquinas muy complicadas?
– La ética se plantea cómo debemos
comportarnos: ¿Por qué debo hacer el bien y no el mal? ¿Existen
normas universales que valgan para todos por igual?
– La filosofía política se interesa por
nuestra vida en común: ¿Cómo debemos organizarnos para vivir
juntos en sociedad? ¿Cuál es la mejor forma de gobierno?
– La estética se hace preguntas acerca de la
belleza: ¿En qué consiste lo bello? ¿Es la belleza algo objetivo o
depende del punto de vista?
Las
funciones de la filosofía.
¿Sirve
para algo la filosofía? Esta respuesta no es fácil de contestar,
porque de hecho es una pregunta filosófica… Pero podemos apuntar
algunas ideas importantes para tratar de responderla: La filosofía
aborda problemas universales, porque se hace preguntas acerca de
cuestiones generales y últimas. Esto le permite conectar entre sí
las distintas disciplinas particulares que estudian campos concretos
de la realidad. La filosofía es un saber crítico, que cuestiona
racionalmente todos los prejuicios dogmáticos, por lo que puede ser
un buen punto de partida para la transformación de la realidad.
Además, la filosofía exige justificar nuestras argumentaciones y
practicar el diálogo racional, por lo que nos permite aprender a
razonar de forma autónoma e independiente.
Ya
sabemos que la filosofía es una actividad racional que trata de
encontrar respuestas para los grandes interrogantes que se plantea el
ser humano. Los filósofos suelen distinguir entre dos usos o
vertientes de la racionalidad. El uso teórico de la razón se ocupa
de conocer, mientras que el uso práctico de la razón se dirige a
actuar.
La
filosofía práctica, que se preocupa por cómo actuar, presta mucha
atención al trato con los demás seres humanos, a la convivencia y a
la relación con otras personas en la sociedad. La racionalidad
práctica puede ofrecernos ideas muy importantes para orientar
nuestro comportamiento. Esto nos sirve para desarrollar el
aprendizaje y la fundamentación de la libertad, la responsabilidad,
la solidaridad y la convivencia democrática.
CUESTIONES.
1. ¿Recuerdas cuál es el propósito la magia? ¿Sabrías
explicar lo que es un rito? Explica tu respuesta con ejemplos
concretos.
2. ¿Sabrías razonar en qué se diferencian los mitos
de la filosofía? Pon ejemplos concretos para aclarar tu respuesta.
3. ¿En qué se diferencia la filosofía de otras
disciplinas como la ciencia, la literatura o la religión? Explica tu
respuesta con ejemplos.
4. ¿Qué características definen específicamente el
saber filosófico? Explica tu respuesta.
5. ¿Tú crees que sirve para algo la filosofía? Razona
tu respuesta.
UD.
2. LA CIENCIA Y OTROS MODELOS DE SABER.
OBJETIVOS.
– Definir la ciencia de forma adecuada, especificando
sus características básicas y
distinguiéndola de otros tipos de
saber, como la filosofía o la teología.
– Describir los fundamentos del método científico
reconociendo que la ciencia es un saber en revisión permanente.
– Apreciar la importancia de la epistemología.
CONTENIDOS.
La
ciencia y su historia.
Desde
los orígenes de la Humanidad las personas se han hecho preguntas
acerca de la vida y del mundo que nos rodea. La curiosidad humana y
la necesidad de conocer, comprender, explicar e interpretar es el
origen de la filosofía y de la ciencia.
La
ciencia podemos definirla como un conjunto sistemático de
proposiciones lógicamente encadenadas y suficientemente verificadas.
A
lo largo de la historia las explicaciones científicas han ido
cambiando significativamente. Cada época se caracteriza por el
predominio de una serie de ideas, métodos y enfoques que orientan la
actividad científica. Un paradigma científico está formado por
este conjunto de ideas compartidas propias de cada época.
El
modelo aristotélico.
Durante
la Antigüedad y la Edad Media el paradigma dominante fue la ciencia
aristotélica. Los griegos a la verdad la llamaban aletheia,
que significa “desvelamiento”, porque creían que encontrar la
verdad consiste en encontrar lo que está oculto detrás de las
apariencias.
Para
Aristóteles, el papel del investigador consiste en explicar cómo es
el mundo descubriendo la verdad oculta en la naturaleza. Explicar
algo consiste en descubrir lo que verdaderamente es, más allá de lo
que parece a primera vista. Por eso explicar consiste en descubrir la
esencia de las cosas, lo que realmente son. El investigador debe
esforzarse para averiguar las causas subyacentes a los fenómenos.
Aristóteles distinguió cuatro tipos diferentes de causas en los
fenómenos: formal, material, eficiente y final.
La
visión del Cosmos que tenía Aristóteles fue posteriormente
completada por el astrónomo helenístico Ptolomeo. El universo
aristotélico-ptolemaico es finito, limitado, ordenado, estable y
pleno. Aristóteles no cree que exista el vacío. Pensaba que el
universo era geocéntrico y estaba compuesto de dos partes: Una
esfera sublunar en la que predomina el cambio y una esfera supralunar
inmutable y perfecta. Este modelo del Cosmos encajaba con las ideas
de Aristóteles acerca de la física. Para Aristóteles, el universo
es comparable a un ser vivo. Todo lo que ocurre en la naturaleza
sucede por algún propósito, como si las cosas pretendiesen alcanzar
una meta o un objetivo. Esta visión de la realidad se denomina
finalismo o teleología, y consiste en afirmar que todo
o que nos rodea está movido por una finalidad o un propósito. El
modelo aristotélico del universo –asimismo– es determinista, ya
que según su visión todo está prefijado de antemano. La naturaleza
se rige, según Aristóteles por dos principios: El principio de
causalidad y el principio de conservación. El principio de
causalidad afirma que todo lo que ocurre tiene una causa. El
principio de conservación establece que a pesar de los cambios que
vemos aparentemente en la naturaleza, en realidad siempre hay algo
que permanece, que es la sustancia
La
ciencia en la Edad Moderna.
El
modelo científico aristotélico (y muy especialmente sus
explicaciones físicas y astronómicas) estuvieron en vigor (con las
aportaciones de Ptolomeo en el siglo II d.C.) hasta el final de la
Edad Media. Este modelo, que se mantuvo durante casi dos mil años,
entró en crisis en la época del Renacimiento. En ese momento avanzó
mucho la técnica y se difundieron nuevas formas de ver el mundo. En
el Renacimiento se desarrolló el antropocentrismo, una nueva manera
de ver la realidad en la que el hombre era el centro de interés.
La
ciencia experimental apareció en la época renacentista. A partir
del siglo XVI el trabajo de científicos como Copérnico, Kepler,
Galileo y Newton permitió fundar la ciencia moderna y cambió la
visión que las personas tenían del universo.
En
la Edad Moderna se impondrá una nueva interpretación del Universo.
Para los hombres de esta época el universo era heliocéntrico,
infinito y homogéneo. Las leyes descubiertas por Newton son válidas
en todas partes, y explican tanto el movimiento del Sol y de los
planetas como el modo en que cae una manzana del árbol.
Durante
la época moderna también se extendió una visión mecanicista del
Cosmos. El universo se considera comparable a una gigantesca máquina.
Todo lo que hay en el universo se mueve de forma automática, como
las piezas de un reloj. La materia y la energía se conservan (ni se
crean ni se destruyen, sólo se transforman) El conjunto que forman
las partículas y las fuerzas es un sistema ordenado, estable y
determinista.
El
universo tiene reglas que se repiten y que podemos descubrir mediante
experimentos y expresar matemáticamente. Además, la naturaleza es
continua porque en el universo no se producen discontinuidades.
La
ciencia que surge en la Edad Moderna tiene características muy
distintas a la ciencia aristotélica: Es cuantitativa (sólo estudia
magnitudes), recurre a las matemáticas (máximo modelo del saber),
busca sólo las causas eficientes (el cómo y no el por qué),
experimenta y se apoya en las innovaciones técnicas (telescopio,
microscopio…).
El
papel del científico en la modernidad consistirá en formular leyes
matemáticas, diseñar experimentos y desarrollar un conocimiento que
permita dominar la naturaleza mediante la técnica.
La
ciencia contemporánea.
Durante
el siglo XX, la ciencia ha realizado una serie de avances
revolucionarios que han cambiado completamente la visión que tenemos
acerca del Universo. Entre otras aportaciones, la ciencia
contemporánea incluye la teoría de la relatividad, la teoría
cuántica, el desarrollo de la cosmología, la genética, la biología
evolutiva, la física del caos…
Actualmente
los científicos afirman que el Cosmos no es estático ni inmutable.
Nuestro universo se está expandiendo desde la gran explosión que lo
originó todo y que se denomina “Big Bang”. La teoría cuántica
afirma que la naturaleza presenta irregularidades e
irreversibilidades. El azar juega un papel fundamental en la física
cuántica, por lo que las leyes no pueden ser deterministas y sólo
permiten calcular la probabilidad de que se produzca un fenómeno.
Además, el observador desempeña un papel importante en la
realización de los experimentos.
Las
consecuencias filosóficas de esta nueva forma de entender la
realidad son enormes.
La
teoría de la relatividad nos enseña que no existe ningún punto
privilegiado que nos pueda ofrecer el valor absolutamente verdadero
de las mediciones. Las magnitudes tienen un valor relativo que
depende del sistema de referencia adoptado. Además, existen
diferencias importantes entre el mundo subatómico y el mundo de los
planetas y las galaxias. Cada ámbito debe ser descrito por unas
leyes distintas, por lo que el espacio de nuevo se considera
heterogéneo. Todo esto ha hecho que entre en crisis la idea de
objetividad y que se cuestione la validez absoluta y universal de las
leyes. Hoy en día sabemos que la ciencia está sujeta a
limitaciones, por lo que tal vez sea imposible alcanzar una
explicación científica adecuada de todo lo que ocurre en el mundo
físico.
¿Qué
es la ciencia?
Ya
hemos dicho que la ciencia es un conjunto sistemático de
proposiciones lógicamente encadenadas y suficientemente verificadas.
La ciencia, asimismo, es un saber que trata de describir una
parcela específica de la realidad explicando los hechos mediante
leyes. La ciencia aspira a predecir acontecimientos futuros y a
controlar los fenómenos, aprovechando técnicamente estos
conocimientos. Por eso la ciencia se presenta como un saber racional,
sistemático, demostrable, objetivo y universal.
Generalmente
las ciencias suelen clasificarse en dos grandes grupos: Las ciencias
empíricas y las ciencias formales. Las ciencias empíricas se basan
en la experiencia y suelen dividirse en dos grandes grupos (ciencias
naturales que se ocupan del mundo físico y ciencias humanas que se
ocupan del ser humano). Las ciencias formales, en cambio, estudian
sólo objetos abstractos e ideales (las matemáticas y la lógica).
Los
científicos trabajan tratando de ordenar sus conocimientos de manera
sistemática de acuerdo con la siguiente estructura:
– Leyes: Reglas que expresan (matemáticamente)
las regularidades de los fenómenos.
Se aspira a encontrar explicaciones de carácter
universal, como la Ley de la Gravitación de Newton, por ejemplo.
– Teorías: Interpretaciones coherentes de una
cierta parcela de la realidad, integradas por diversas leyes
relacionadas entre sí. Una teoría debe ser consistente, es decir,
no debe ser contradictoria y debe permitir relacionar adecuadamente
unas leyes con otras.
– Sistemas o paradigmas: Conjunto de teorías
relacionadas entre sí, que tratan de
ofrecer una visión global de
un aspecto de la realidad. Un ejemplo sería el sistema
mecanicista
del siglo XVIII.
El
método científico.
Lo
más característico de la ciencia es el empleo de un método
específico, denominado método científico. La palabra método
proviene del griego, porque méthodos significa camino. Así
que un método es un conjunto de reglas y procedimientos que deben
tomarse como camino a seguir.
El
método científico también se llama método hipotético-deductivo y
consta de los siguientes pasos:
1) Observación, 2) Formulación de una hipótesis o
suposición, 3) Deducción de las consecuencias que se siguen de la
hipótesis, 4) Comprobación mediante la observación y el
experimento, 5) Confirmación o refutación de la hipótesis.
En
ciencia también se emplean habitualmente la deducción y la
inducción. Deducir consiste en razonar pasando de lo general a lo
particular. El proceso deductivo es típico de las ciencias formales
como la lógica y las matemáticas. La deducción nos ofrece un
conocimiento teórico que no aporta datos nuevos sobre la realidad.
Inducir, en cambio, consiste en razonar pasando de lo particular a lo
general. Es el proceso que suele seguirse en las ciencias empíricas,
porque permite obtener conocimiento nuevo basándose en la
experiencia. El problema es que la inducción, pese a su utilidad,
plantea espinosos problemas filosóficos. Para empezar, los hechos no
pueden observarse nunca de manera pura y aislada, porque en la
observación influye mucho la interpretación del científico y la
tecnología empleada. Además, no sabemos cuántos casos hace falta
comprobar para que podamos establecer una ley basándonos en la
generalización inductiva. Por ejemplo, a partir de la observación
de las plantas podemos hacer afirmaciones generales sobre sus
sistemas reproductores, y a partir del estudio de muchos enfermos,
los médicos pueden describir las enfermedades y los síntomas...
ahora bien, ¿la seguridad a la que llega un botánico es la misma
que a la que puede llegar un médico?
La
ciencia no es un saber terminado y completo. Los científicos
trabajan continuamente para refinar y ampliar nuestro conocimiento de
la realidad, por lo que la ciencia está sujeta a una permanente
revisión. Por eso las teorías científicas son siempre
provisionales.
El
problemas de las ciencias humanas.
Como ejemplo de las ciencias humanas, de las ciencias
que tienen al ser humano como protagonista, nos centraremos en la
historia. Esta materia plantea problemas no solo filosóficos, sino
también políticos y éticos. ¿Es posible conocer con seguridad el
pasado? ¿Es posible conocer una realidad tan compleja como son los
acontecimientos humanos?
Las ciencias naturales estudian sistemas deterministas,
es decir, regidos por leyes estrictas. En cambio los seres humanos
tenemos un componente de libertad que hace imprevisibles muchos
comportamientos. Además, en el caso de los acontecimientos
históricos no podemos repetirlos para comprobar sus causas.
La historia estudia hechos. Pero ¿qué es un hecho
histórico? Imaaginemos que tenemos que referir la historia de un
año. ¿Qué contaríamos? ¿Cómo seleccionar los sucesos? Este es
uno de los cometidos de la ciencia histórica.
Por ejemplo, podemos averiguar lo que hizo Napoleón
mientras fue emperador, pero para comprender sus actos y formular una
interpretación necesitamos conocer muchas otras cosas: la situación
de Europa, sus competidores, sus colaboradores, la economía, la
mentalidad y la sociedad francesa, etc.
Igualmente ocurre con nuestra última Guerra Civil.
Resumiendo mucho, podemos decir que en los día 17 y 18 de julio de
1936 se produjo en España la sublevación de parte del Ejército
contra la República. Sin embargo, no cabe comprender este hecho sin
remontarse a hechos ocurridos muchos años e incluso décadas
anteriores.
En la década de 1930 los nazis hicieron una versión
nazi de la historia. Los marxistas hicieron una versión marxista de
la historia. El filósofo alemán Hegel, por su parte, en el siglo
XIX interpretó la historia como un progreso hacia la libertad. Los
historiadores cristianos, desde San Agustín, también han dado una
visión teológica de la historia; la historia vendría a ser el
espacio en el que Dios va autorrevelándose al hombre (los profetas y
la Biblia, Jesucristo y los Evangelios...)
La
filosofía de la ciencia.
La
parte de la filosofía que se ocupa de la ciencia es la epistemología
(de la palabra griega episteme = ciencia). Conviene que distingas
esta disciplina de la parte de la filosofía que estudia el
conocimiento, que se llama gnoseología (del griego gnosis =
conocimiento).
La
epistemología o filosofía de la ciencia se ocupa de las
implicaciones filosóficas de las teorías científicas, y también
de los supuestos en los que se basa el saber científico de cada
época.
Uno
de los problemas más complicados de la epistemología tiene que ver
con la objetividad o la subjetividad del conocimiento científico. En
la edad antigua y también en la modernidad se pensaba que era
posible obtener un conocimiento exacto si se seguía el método
adecuado, y que la ciencia podía ofrecer una representación
objetiva de la realidad. Sin embargo, en el siglo XVIII algunos
filósofos como Hume y Kant empezaron a plantear dudas sobre la
posibilidad de conocer la realidad tal cual es de forma objetiva.
En
la ciencia contemporánea estas dudas se han confirmado. En la teoría
cuántica, por ejemplo, el papel del observador condiciona los
resultados de un experimento. Esto quiere decir que la descripción
de la realidad depende del punto de vista, por lo que no parece fácil
encontrar descripciones absolutas y objetivas de los fenómenos.
Ante
esta situación los filósofos se han dividido en distintas posturas
a la hora de determinar qué es lo que podemos conocer:
– El realismo afirma que la realidad existe
independientemente del observador, aunque las descripciones
científicas son sólo aproximadas.
– El reduccionismo sostiene que las teorías
científicas sólo sirven si podemos asociar cada término con algo
que se pueda observar o medir en la experiencia.
– El convencionalismo afirma que las teorías no
tienen que corresponderse objetivamente con la realidad. Son
simplemente construcciones mentales que resultan útiles y que se
consideran válidas cuando los científicos deciden aceptarlas por
consenso.
– Según el falsacionismo, una teoría científica es
aceptada siempre que no haya ningún experimento que la contradiga.
Sin embargo, a veces comprobamos experimentalmente que las
predicciones de una teoría están equivocadas. En ese caso decimos
que la teoría ha sido falsada, por lo que es preciso buscar otra
teoría diferente que pueda explicar el resultado experimental. Para
el falsacionismo, las teorías científicas no están hechas de
verdades, sino más bien de leyes y predicciones que de momento no
han podido ser falsadas.
Técnica
y filosofía.
La
técnica es el conjunto de instrumentos y habilidades de carácter
práctico desarrolladas para satisfacer las necesidades y los deseos
materiales del hombre. El hombre no sólo se interesa por conocer la
realidad, sino que también se ocupa de
transformarla,
y para ello emplea la técnica.
La
técnica primitiva estaba al servicio de las necesidades primordiales
de los seres humanos, aunque seguramente su uso iría unido al
interés por comprender mejor el entorno.
En
la antigua Grecia, Aristóteles creía en el papel secundario de la
técnica frente a la filosofía y la ciencia. Para él hay tres
grandes saberes, que ordenados por importancia son: La theoria, la
praxis y la poiesis. La theoria es el saber teórico, que se
preocupa por conocer, como hacen la filosofía y la ciencia. La
praxis es el saber práctico, que se preocupa por la mejor
forma de actuar para ser felices. La ética y la política, por
ejemplo, son según Aristóteles actividades de la praxis. La
poiesis, en cambio, es el saber técnico, que se preocupa por
transformar nuestro entorno.
En
el Renacimiento el desarrollo de la técnica permitió impulsar
enormemente el conocimiento y transformar nuestra visión del mundo y
de la realidad. En esa época se produjeron avances tan importantes
como el telescopio, la bomba de vacío o el microscopio. Sin embargo,
la ciencia y la técnica todavía seguían caminos paralelos e
independientes. En esta época, la técnica estaba al servicio de la
ciencia.
La
integración de la ciencia y de la técnica se fue desarrollando a lo
largo del tiempo.
En
el siglo XIX podemos decir que la ciencia se pone al servicio de la
técnica.
Comienzan
a producirse importantes innovaciones técnicas basadas en el
conocimiento científico: Industria química, electrotecnia,
ingeniería genética… Esto sigue ocurriendo hoy en día, donde la
unión entre ciencia y técnica es tan estrecha que casi no es
posible separarlas. Pensemos, por ejemplo, en la biotecnología, la
investigación espacial o la energía nuclear…
Teología
y filosofía.
La
teología es el estudio de la divinidad, sus características y su
relación con el mundo y el hombre. La teología se interesa por una
realidad espiritual, sobrenatural, trascendente y eterna que, sin
embargo, se manifiesta y revela en el mundo. Para los creyentes, la
divinidad proporciona un sentido último y profundo a la realidad y a
la vida humana.
Para
la teología, la fe es el fundamento de la relación con la
divinidad. En esto se distingue de la filosofía, que como ya sabemos
se basa siempre en la razón y en los argumentos.
Algunas
preguntas relacionadas con la existencia de Dios, el sentido de la
vida o la existencia del alma pueden abordarse desde las dos
perspectivas: Siguiendo el camino de la fe o siguiendo el camino de
la razón filosófica. Es importante que apreciemos esta distinción,
sobre todo cuando tengamos que estudiar las teorías de los filósofos
cristianos (hemos de recordar que las aportaciones de un pensador
sólo son filosóficas cuando en sus argumentos utiliza la razón y
los argumentos).
Uno
de los temas teológicos más importantes que han tratado los
filósofos es la cuestión de la existencia de Dios. Los filósofos
cristianos han tratado de mostrar racionalmente la existencia de Dios
mediante diversos argumentos. Entre ellos destacan los ofrecidos por
San Anselmo y Santo Tomás de Aquino.
San
Anselmo confiaba en el poder de la razón para demostrar la
existencia de Dios. Por eso ofreció un razonamiento deductivo en
este sentido. Su planteamiento se hizo muy famoso y hoy en día se
llama “argumento ontológico”. Puede exponerse del siguiente
modo: 1) Por definición, Dios es el ser más grande y perfecto que
puede haber; 2) Si este ser no existiese le faltaría una perfección
(la de existir); 3) Así, para que la definición no sea
contradictoria, Dios tiene que existir.
A
Santo Tomás –por su parte– no le convencía mucho el argumento
ontológico, porque en su opinión las pruebas más convincentes para
demostrar la existencia de Dios debían estar basadas en la
observación y la experiencia, por lo que tenían que ser inductivas.
Santo Tomás encontró cinco caminos o “vías” para mostrar la
existencia de Dios, que estaban basados en la idea de que todo lo que
existe ha tenido que producirlo o crearlo alguien.
CUESTIONES.
1. Habitualmente se afirma que la ciencia está basada
en unos procedimientos característicos a los que llamamos método
científico. ¿Sabes en qué consiste este método? ¿Crees que puede
proporcionar una garantía completa de que los resultados de la
investigación son verdaderos y objetivos? Explica tu respuesta.
2. ¿Qué diferencias hay entre un enunciado científico
formal y las afirmaciones que se contienen en cualquier libro de
historia? Explica con ejemplos que aclaren tu respuesta.
3. Lee el siguiente texto del filósofo inglés Bertrand
Russell (La perspectiva científica) y responde a las
preguntas:
Sólo en los últimos ciento cincuenta años la
ciencia se ha convertido en un factor importante, que determina la
vida cotidiana de todo el mundo. En ese breve tiempo ha causado
mayores cambios que los ocurridos desde los días de los antiguos
egipcios. Ciento cincuenta años de ciencia han resultado más
explosivos que cinco mil años de cultura precientífica. Sería
absurdo suponer que el poder explosivo de la ciencia está agotado o
que ha alcanzado ya su máximo. Es mucho más probable que la ciencie
continúe durante los siglos venideros produciendo cambios aún más
rápidos.
a. Resume el razonamiento de Russell. ¿Qué quiere
decir “el poder explosivo de la ciencia”.
b. Pon ejemplos de desarrollos científicos, y explica
de qué manera afectan a las personas y sociedades actuales.
UD.
3. LA RACIONALIDAD TEÓRICA: VERDAD Y REALIDAD.
OBJETIVOS.
– Distinguir las dos vertientes de la racionalidad
humana (teórica y práctica), apreciando los diferentes ámbitos que
corresponden a cada una de ellas.
– Comprender de qué se ocupa la metafísica.
– Describir las diferentes concepciones acerca de la
verdad, tanto desde un punto de vista histórico como gnoseológico.
– Revisar críticamente algunos de los criterios de
verdad que han sido aceptados a lo largo del tiempo.
– Exponer las diferentes teorías filosóficas
propuestas acerca del valor de la verdad.
CONTENIDOS.
El
conocimiento.
En sentido amplio, conocer es ser consciente de algo;
conozco todo aquello de lo que soy consciente. El conocimiento es la
relación entre un sujeto y un objeto. Algunos de esos objetos
remiten a la realidad (por ejemplo, el veterinario que estudia
un perro); otros objetos remiten a seres irreales o ideales
(por ejemplo, las matemáticas), y otros a valores, es decir,
a propiedades que tienen los objetos ideales o reales en relación
con las necesidades, deseos o sentimientos humanos (por ejemplo, la
belleza de un lienzo, o la justicia de un acto).
Los filósofos siempre han sido conscientes de que el
conocimiento tiene grados o niveles. Todos oímos el latido del
corazón, pero cuando lo oye un cardiólogo percibe en ese sonido
aspectos que los profanos no captan. Cualquier puede pasear por el
campo y escuchar sonidos, pero sólo el experto los identifica y sabe
de qué animal proceden. Desde este punto de vista, el conocimiento
bien podemos definirlo como la percepción con significado.
La
racionalidad teórica.
En
su estudio sobre la racionalidad humana, el filósofo alemán
Immanuel Kant distinguió dos posibles usos de la razón. Por un
lado, podemos usar la razón para conocer, y por otro podemos usarla
para elegir cómo actuar. Por eso en sus obras Kant diferenció dos
dimensiones de la racionalidad humana: Razón teórica (conocer) y
razón práctica (saber actuar).
La
racionalidad teórica consiste en la capacidad de pensar de forma
abstracta y crear conceptos universales. Equivale a lo que los
griegos denominaban el logos, puesto que el uso teórico de la razón
trata de distinguir entre lo que las cosas aparentan ser y lo que son
en realidad. En su interés por conocer la realidad, los griegos
distinguieron entre dos formas de saber: la opinión (doxa) y la
ciencia (episteme).
La
realidad.
La
metafísica trata de responder a la pregunta sobre qué es la
realidad. La metafísica es un estudio sobre los fundamentos y los
principios últimos de la realidad; un estudio que se plantea
preguntas radicales y últimas.
Aristóteles
define la metafísica como el estudio del ser. Las ciencias
particulares estudian aspectos concretos de la realidad, mientras que
la metafísica lo que hace es tratar de averiguar qué significa el
hecho que todos los individuos concretos comparten, el hecho de que
son.
Aristóteles
en su estudio de la metafísica señala que se dan diferentes modos
de ser. No todas las cosas existen del mismo modo ni con la misma
intensidad. Por eso Aristóteles introduce la distinción entre
sustancia (aquello que existe por sí mismo) y accidente (aquello que
es atributo o que sólo existe en otro).
A
lo largo de la historia de la filosofía, se han propuesto múltiples
concepciones diferentes acerca de la naturaleza última de lo real.
Todas estas visiones de la metafísica tratan de caracterizar en qué
consiste en última instancia la realidad.
Una
primera distinción importante es la que algunos filósofos hacen
entre la materia y el espíritu. Los filósofos materialistas
afirman que todo lo que existe es materia en último término.
Demócrito, por ejemplo, pensaba que todo (incluso el alma y los
sentimientos) estaba hecho de átomos materiales que se movían en el
vacío. Los filósofos idealistas, en cambio, piensan que la
verdadera realidad es el espíritu, la conciencia, el alma o las
ideas. Platón es un ejemplo de filósofo idealista porque creía que
por detrás de lo que aparentemente vemos existe una realidad última
que es espiritual.
A
la hora de establecer sus sistemas metafísicos, los filósofos han
discrepado en cuanto al número de elementos fundamentales que
constituyen la realidad. Para los filósofos monistas, todo lo que
existe se puede explicar a partir de un único principio o elemento.
Tales, por ejemplo, creía que todo en el fondo estaba hecho de agua.
Otros filósofos creen que la realidad está hecha de dos principios:
son los dualistas. Platón era dualista porque creía que el mundo
tenía dos partes: una material y otra espiritual o ideal. Pero
también hay pensadores que creen que la realidad está formada por
múltiples principios o elementos. Son los pluralistas, como
Empédocles, para quien todo estaba formado por cuatro elementos:
tierra, agua, aire y fuego.
Otro
aspecto fundamental de la realidad es el de determinar si el cambio
constante que vemos a nuestro alrededor es en última instancia
verdadero o ilusorio. Algunos filósofos como Heráclito creen que
verdaderamente la realidad es devenir porque todo está continuamente
cambiando. Otros, como Parménides, piensan que el cambio es una
ilusión porque en el fondo la verdadera realidad es inmutable y
permanente. Los filósofos que creen en el cambio suelen fiarse de la
experiencia y del testimonio de nuestros sentidos, mientras que los
que niegan el cambio tienden a basarse en la razón, desconfiando de
los sentidos.
También
es importante analizar la diferencia entre la esencia y la
existencia. La esencia es aquello por lo que un ser es lo que
es, aquello que define a cada ser. La existencia, en cambio, es el
hecho de existir. Algunos filósofos, como Platón, son
esencialistas, porque creen que lo más importante a la hora de
definir la realidad es la esencia, ya que es inmutable y permanente.
La esencia, para Platón, es fija y eterna, y es independiente de que
los seres existan en el mundo o no. Por el contrario, otros
filósofos, como Sartre, son existencialistas porque creen que lo
primero es la existencia. Sartre pensaba que los seres humanos
primero existimos y después vamos construyendo nuestra esencia con
nuestra vida diaria y nuestras elecciones.
En
la metafísica medieval existe otra distinción importante entre la
necesidad y la contingencia. Santo Tomás afirmaba que
había algunos seres como los animales, las nubes o las personas que
son contingentes, ya que pueden existir o no existir. Un ser
contingente puede desaparecer y dejar de existir, como cuando un
tronco se consume y se convierte en cenizas. Sin embargo, para Santo
Tomás, Dios es un ser necesario ya que no puede dejar de ser lo que
es, ni puede dejar de existir. Dios siempre ha existido y su
existencia es necesaria. De hecho, según Santo Tomás, los seres
contingentes existen porque Dios ha querido crearlos.
La
verdad.
“Verdadero
–dice Platón– es el discurso que dice las cosas como son, falso
el que las dice como no son”.
La
parte de la filosofía que estudia el problema del conocimiento se
llama gnoseología. Tradicionalmente, el conocimiento se ha
considerado como una relación entre el sujeto que conoce y el objeto
conocido. Pero esta teoría plantea muchos problemas ¿Podemos
conocer la verdad objetiva? ¿No influye la interpretación en
nuestra forma de conocer? ¿Tenemos las personas capacidad de acceder
a la verdadera realidad o sólo podemos captar la apariencia?
Uno
de los objetivos de la filosofía del conocimiento es el de aclarar
el concepto de verdad. A lo largo del tiempo se ha producido una
evolución histórica del concepto, que ha tenido distintos
significados y connotaciones en cada época.
En
la antigua Grecia la palabra que se empleaba para referirse a la
verdad era aletheia. Este término significa desvelamiento
o descubrimiento. Para los griegos encontrar la verdad consistía en
identificar lo eterno y lo permanente que persiste bajo el cambio
aparente.
Los
judíos –por su parte– se refieren a la verdad con el término
emunah, que se refiere al cumplimiento de las promesas y a la
fidelidad a la palabra dada. Emunah significa literalmente “lo que
permite construir encima”, “lo que aguanta”, lo que es de fiar.
Para el pueblo judío, muy influido por su visión religiosa de la
Alianza con Yahveh, la característica fundamental de la verdad es la
correspondencia entre lo que se promete y lo que se cumple en la
realidad. Cuando hablamos de un “amor verdadero” nos estamos
refiriendo a este tipo de verdad.
En
Roma la palabra que se empleaba era veritas, que se refiere a
la exactitud y el rigor de la correspondencia entre el pensamiento y
el lenguaje.
Para
el cristianismo la verdad adquiere un nuevo aspecto. La verdad es
eterna y divina, y ha sido revelada por Dios. Este es
el concepto de verdad que aparece en las obras de los filósofos
cristianos, como Agustín de Hipona o Tomás de Aquino.
Después
de la Revolución Científica del siglo XVI el concepto de verdad
estará asociado a la comprobación científica de los hechos
mediante experimentos. La verdad científica es un conocimiento que
se puede verificar.
En
la filosofía moderna el filósofo Leibniz distinguió entre dos
tipos de verdades: Verdades de hecho y verdades de razón. Las
verdades de hecho deben ser comprobadas mediante la experiencia,
mientras que las verdades de razón son necesariamente válidas.
La
filosofía contemporánea ha cuestionado el concepto de verdad
científica, considerándose actualmente que la verdad es algo
provisional y relativo al observador.
Respecto
del conocimiento, la verdad está asociada a las proposiciones con
las que expresamos nuestros juicios sobre la realidad. Lo que puede
ser verdadero (o falso) son los enunciados con los que expresamos
cómo creemos que son las cosas. Existen diversas formas de entender
lo que es la verdad respecto del conocimiento:
– La verdad como
adecuación: la verdad es la adecuación entre el
pensamiento y la realidad. Existe una realidad objetiva externa
al pensamiento, de modo que la verdad es la concordancia entre la
realidad y nuestras descripciones de la misma. Los problemas
aparecen, sin embargo, cuando abordamos qué se entiende por
correspondencia o adecuación. Tal y como mostró Kant en el siglo
XVIII, no podemos saber lo que es la realidad con independencia de
nuestro modo de conocerla, de nuestros órganos sensoriales y de
nuestras estructuras mentales. Kant señaló que el sujeto no es un
receptor pasivo del conocimiento, porque nuestra mente actúa
activamente cuando conocemos aportando conceptos y categorías que
organizan la realidad. Todos vivimos en la misma realidad, pero en
mundos distintos. El murciélago y el hombre vivimos en la misma
realidad y estamos sometidos a sus leyes, pero el mundo de ambos es
muy distinto.
– La verdad como evidencia: la verdad es la
fuerza con la que hay cosas que se nos imponen. El objeto se
impone al sujeto con tanta fuerza que éste tiene que aceptarlo como
verdadero o como real. El filósofo francés del siglo XVII René
Descartes pensaba que la verdad debía ser evidente. Para Descartes,
algo es indiscutiblemente verdadero cuando lo captamos mediante la
intuición. La intuición nos permite alcanzar ciertas verdades
fundamentales de forma simple, evidente e indudable. El hecho de que
estoy pensando y, por lo tanto, tengo que existir, es un ejemplo de
este tipo de verdades evidentes.
– La verdad como evidencia corroborada: la
verdad es la evidencia suficientemente verificada. La verdad no
es la concordancia con la realidad, sino el resultado de un proceso
de verificación. Es un esfuerzo por conseguir una evidencia cada vez
más fuerte. No necesitamos conocer qué es la realidad, sino
comprobar que nuestras ideas y nuestras teorías resisten a la
crítica, a las nuevas evidencias, a la realidad misma.
Los
criterios de verdad.
¿Cómo
podemos estar seguros de que lo que pensamos y decimos es verdad?
¿Cómo podemos distinguir lo verdadero de lo falso? Para hacerlo
necesitamos un criterio, es decir, un modo de juzgar y discernir. Los
criterios de verdad son los que tienen que “hacer verdadera” una
afirmación apoyándola con pruebas que fortalezcan su evidencia.
Existen
cuatro principios comunes a todos esos criterios:
–
Corroboración. Una afirmación debe mostrar su fortaleza, las
pruebas a las que se ha sometido y cómo las ha soportado.
–
Coherencia. La verdad tiene que ser coherente
consigo misma y con otra verdades
conocidas.
– Aplicación práctica. Las aplicaciones
prácticas corroboran la verdad de la teoría. La aplicación de los
Derechos Humanos, por ejemplo, resuelve muchos problemas morales, de
ahí que haya que admitirlos.
– Universalidad de la evidencia. La verdad solo
puede fundarse en evidencias que toda persona racional puede tener.
La verdad debe producir consenso entre los seres racionales, pero no
es verdadera porque todo el mundo piense que lo es, sino al
contrario, alcanza el consenso porque es verdadera.
Existen
otros criterios de verdad distintos que se suelen aplicar en las
ciencias empíricas basadas en la observación y en la experiencia.
Algunos de ellos son el criterio del tiempo, el de autoridad, el de
la certeza psicológica o moral, el de la evidencia o el de la
intersubjetividad… Pero ninguno de ellos proporciona una forma
absoluta de encontrar la verdad, aunque su búsqueda siga siendo un
objetivo importante y necesario.
Teorías
sobre el valor de la verdad.
Como
encontrar la verdad resulta una tarea problemática, existen diversas
posiciones filosóficas respecto al valor de la verdad:
– Escepticismo: No es posible obtener
conocimientos firmes y seguros. No se pueden alcanzar verdades
seguras, sino sólo opiniones más o menos probables.
– Realismo: Los objetos existen de forma
independiente y externa al sujeto.
– Relativismo:
No existen conocimientos universales absolutamente verdaderos. La
verdad depende del punto de vista de los sujetos.
CUESTIONES.
1. ¿En qué consiste la diferencia entre la vertiente
teórica y práctica de la racionalidad humana? ¿De qué se ocupa
cada una de estas dos modalidades de la racionalidad? Aclara tu
respuesta con ejemplos.
2. ¿Qué significan los términos griegos doxa y
episteme? ¿Qué diferencia hay entre ellos?
3. Un grupo de turistas visita la catedral de León, que
tiene unas vidrieras muy hermosas. La mitad del grupo entra en la
iglesia y la otra mitad se queda fuera. Se comunican con sus móviles.
Los que están dentro dicen: “Estamos viendo unas vidrieras con
colores maravillosos, que representan flores y figuras. ¿Las veis?”.
Los de fuera dicen que no, que las ven grises. Los que están dentro
las ven luminosas y coloreadas, mientras los de fuera las perciben
grises y oscuras.
¿Quién está en lo cierto? Justifica tu respuesta de
acuerdo con lo estudiado en esta unidad.
UD.
4. LA RACIONALIDAD PRÁCTICA: ÉTICA Y POLÍTICA.
OBJETIVOS.
– Apreciar la distinción entre la ética y la moral,
y reconocer las especificidades características de la acción moral.
– Describir el fundamento de la conciencia moral,
apreciando el modo en que se desarrolla a lo largo de la vida.
– Conocer la diversidad de teorías existentes acerca
del origen de la conciencia moral, valorando las implicaciones de
cada una de ellas.
– Exponer críticamente los distintos puntos de vista
acerca del origen y la validez de los valores, adoptando una posición
personal razonada en este tema.
– Reconocer las características específicas de la
filosofía política, distinguiéndola de la ciencia política y de
la ética.
– Conocer la definición de Estado y describir las
diferentes concepciones filosóficas sobre su origen y fundamento.
– Distinguir las diversas posiciones filosóficas
existentes para fundamentar el origen y la validez del derecho,
valorándolas críticamente desde un punto de vista personal.
CONTENIDOS.
La
ética y la moral.
Llamamos
moral a una forma específica de conducta humana regulada por valores
y normas. La ética, en cambio, es una parte de la filosofía que se
dedica a la reflexión crítica sobre los fundamentos de la moral. La
ética se dedica entre otras cosas a estudiar los valores morales, a
analizar en qué consiste la responsabilidad moral, a estudiar si las
personas somos libres o a averiguar cuál es el alcance de la
obligación moral.
Es
importante tener clara la distinción entre las normas morales y las
normas legales. La ley es un conjunto de reglas impuestas por la
sociedad, con valor coercitivo y cuyo incumplimiento puede ser
sancionado. La moral, en cambio, son reglas individuales dictadas por
la conciencia. El incumplimiento de las normas morales produce
malestar y remordimiento.
La
acción moral.
Los
animales, como sabemos, actúan instintivamente siguiendo unas pautas
biológicamente prefijadas. Las personas, en cambio, pueden pensar,
elegir y decidir libremente cómo actuar. La elección libre y
consciente de nuestros actos, sin embargo, supone asumir una
responsabilidad. Además, como ya observó Aristóteles, la
repetición de elecciones, decisiones y actos concretos modela
nuestra forma de ser con la adopción de hábitos.
Los
hábitos son costumbres, disposiciones y actitudes permanentes de
conducta que van construyendo nuestro carácter con el tiempo. La
vida de cada cual es, por lo tanto, un proyecto moral, ya que el
hombre es un ser que se construye a sí mismo a partir de sus
circunstancias. Algunos filósofos como Ortega o Sartre le han dado
mucha importancia a esta cuestión.
Recuerda
que Kant distinguió entre el uso teórico y el uso práctico de la
razón. Hacemos un uso práctico de la razón cuando la usamos para
pensar y dirigir nuestras acciones, especialmente en todo lo que
implica relacionarse con otras personas y con la sociedad. La razón
práctica nos permite ser conscientes, juzgar las posibilidades de
acción y elegir cómo comportarnos. Para elegir adecuadamente cómo
comportarse, debemos analizar con cuidado los diferentes elementos de
la acción moral. Estos elementos son: Los motivos que nos impulsan a
actuar, los fines que perseguimos, los medios que empleamos y el
resultado final de la acción.
La
conciencia moral.
La
conciencia moral es la capacidad que tenemos las personas para captar
los principios morales y emitir un juicio sobre la acción. La
conciencia moral elabora juicios prácticos, aplicando las normas
universales a casos concretos. También nos hace responsables de los
actos que llevamos a cabo, produciendo en ocasiones un sentimiento de
remordimiento o satisfacción dependiendo de nuestras acciones.
¿De
dónde procede la conciencia moral? Existen diversas teorías sobre
el origen de la conciencia moral. Algunos piensan que tiene un origen
sobrenatural porque es reflejo de la ley de Dios. Otros creen
que tiene un origen natural, porque es parte de la naturaleza
racional común a todos los hombres. Finalmente, algunos piensan que
tiene un origen convencional, porque la conciencia del
individuo se va modelando como respuesta a los influjos de su
entorno, por lo que la conciencia moral depende de la sociedad y del
momento en el que se vive.
Los
psicólogos han prestado mucha atención al proceso de desarrollo de
la conciencia moral. Los estudios realizados muestran que la
conciencia es una capacidad que evoluciona a lo largo de la vida.
Según Kohlberg existen tres niveles y seis etapas diferentes en el
desarrollo moral de la persona:
Primer nivel: Nivel preconvencional.
1ª etapa: Evitar el castigo por desobedecer las normas.
2ª etapa: Respetar a los demás por interés egoísta e
instrumental.
Segundo nivel: Nivel convencional
3ª etapa: Obtener la aceptación del grupo.
4ª etapa: Respetar el orden para evitar el caos social.
Tercer nivel: Nivel posconvencional
5ª etapa: Normas aceptadas con consenso general de la
mayoría.
6ª etapa: Validez universal de ciertos principios
morales (deber).
Valores
y normas morales.
Las
normas morales son las reglas de conducta que tenemos en cuenta a la
hora de decidir cómo actuar. Estas normas pueden provenir de la
sociedad o pueden haber sido elaboradas por nosotros mismos. Hablamos
de heteronomía cuando las normas tienen un origen externo de
las normas, y de autonomía cuando se trata de normas que el
sujeto se da a sí mismo.
Los
valores morales son rasgos que apreciamos en la acción moral. Los
valores morales sólo se aplican a acciones humanas, y se presentan
como existencias necesarias y universales. Ejemplos de valores
morales son la igualdad, la libertad, la solidaridad, el bien, la
virtud o la justicia.
Existen
dos teorías opuestas sobre el origen de los valores: El objetivismo
y el subjetivismo.
Para
el objetivismo, los valores existen por sí mismos aunque las
personas no los conozcan o no los valoren. Usando nuestra razón
todos podemos descubrir los valores morales y aplicarlos en nuestra
vida. Ejemplos de filósofos objetivistas son Platón o Max Scheler.
Para
el subjetivismo, los valores no son objetivos ni universales, sino
que dependen de las personas. Los valores son una creación humana
que depende de la sociedad en que se vive, de la educación recibida
y de las preferencias personales de cada uno. Pensadores como
Nietzsche o Sartre son subjetivistas.
También
existen teorías encontradas sobre la validez de los valores: El
absolutismo por un lado y el relativismo por otro. Para el
absolutismo moral, los valores morales son válidos por sí mismos,
aunque no todo el mundo los reconozca. Su validez es absoluta y
universal. Son aplicables a todaslas personas, en todos los lugares y
en todas las épocas históricas. Para el relativismo moral las
valoraciones son relativas. Dependen de la sociedad y de la cultura,
y pueden variar de unas personas a otras. Ninguna apreciación es
objetiva ni universal.
La
tendencia actual de la mayoría de filósofos apunta a la necesidad
de reconocer unos mínimos éticos universales obtenidos por
consenso, que respeten las diferencias culturales y personales pero
reconozcan la existencia de una única humanidad (Adela Cortina y su
teoría de la “ética mínima”).
La
filosofía política.
La
filosofía política es una reflexión sobre el modo más conveniente
de organizar la vida en sociedad. Conviene que tengas clara la
diferencia que existe entre ciencia política y filosofía política.
La ciencia política estudia cómo es la sociedad y cómo se ejerce
el gobierno. Por el contrario, la filosofía política estudia cuáles
son los fundamentos de la sociabilidad humana y cómo debería ser
nuestra convivencia en sociedad.
La
filosofía política está estrechamente relacionada con la ética.
En Grecia ambas ramas de la filosofía se consideraban unidas.
Aristóteles pensaba que un ser humano sólo puede ser una verdadera
persona si vive en sociedad con los demás, participando de la vida
en común. De hecho, los griegos llamaban idiotés a la persona
egoísta que sólo se interesaba por su situación individual y se
despreocupaba de los asuntos que afectaban a la colectividad.
A
partir de la Edad Moderna esta estrecha relación entre lo ético y
lo político se ha debilitado. En la modernidad se produjo la
separación de lo público y lo privado. A partir de entonces, se
considera que la ética pública y la ética privada son dos ámbitos
distintos que funcionan separadamente, una consideración que resulta
–sin embargo– problemática y arriesgada.
El
Estado.
El
Estado es una forma de organización social basada en la existencia
de una institución que monopoliza el uso legítimo de la fuerza. El
Estado surgió en los albores de la civilización, aunque no todas
las formas de sociedad son estatales. Sin embargo, desde la formación
de los grandes Estados nacionales en la Europa del Renacimiento, la
forma de organización estatal se ha extendido por todo el planeta.
No
todos los filósofos son partidarios de la existencia del Estado.
Entre las corrientes más críticas con el Estado cabe destacar dos:
el anarquismo y el marxismo. Para el anarquismo el Estado es un
instrumento de opresión que debe ser suprimido para favorecer la
libertad del individuo. Es preciso abolir el Estado y sustituirlo por
formas libres y autónomas de organización que no sean represivas ni
coercitivas. El marxismo también cree que el Estado tal y como
existe hoy en día es un aparato de sometimiento en beneficio de los
más poderosos. Según Marx, es preciso acabar con esta forma de
organización social para que pueda vivirse en una sociedad
comunista, en la que todos sean iguales. Sin embargo, la transición
al comunismo requerirá mantener durante un tiempo la estructura
estatal. Después, cuando la sociedad sea verdaderamente libre e
igualitaria, el Estado desaparecerá por sí solo.
A
lo largo de la historia del pensamiento se han sucedido diversas
concepciones filosóficas del Estado. En general, en la Antigüedad y
en la Edad Media se tenía una visión organicista del Estado. Se
tendía a pensar que el Estado más importante que el individuo. En
Grecia, por ejemplo, Aristóteles creía que el hombre es un ser
social por naturaleza, por lo que el objetivo del Estado debe ser la
felicidad de los ciudadanos. El Estado es prioritario y anterior al
individuo. El Estado es como un cuerpo, en el que cada persona actúa
como una parte que debe cumplir su función para que la totalidad
funcione adecuadamente.
En
la Edad Moderna surgió una nueva visión de la sociedad, según la
cual las personas no son sociables por naturaleza, sino que viven en
sociedad porque han decidido hacerlo mediante un acuerdo. Hay un
nuevo contexto, caracterizado por el racionalismo y la Ilustración,
el pluralismo religioso y la separación entre Iglesia y Estado. El
hombre para estos filósofos es social por convención y no por
naturaleza. Se da mucha importancia a la libertad individual, por lo
que empieza a distinguirse la ética de la política y la moral del
derecho. Se considera que los intereses individuales de las personas
están por encima de los del Estado. Para que la sociedad funcione,
sin embargo, es preciso que todos se sometan al poder del derecho y
que el Estado también obedezca lo que indican las leyes. Algunos
filósofos importantes de esta etapa son Hobbes (partidario del
absolutismo), Locke (defensor del liberalismo parlamentario) o
Rousseau (partidario de la democracia). También Kant defendió la
idea de un contrato social como base de la sociabilidad humana.
En
el siglo XX se ha desarrollado una nueva teoría acerca del Estado,
denominada neocontractualismo. Los neocontractualistas quieren
encontrar un procedimiento para establecer los principios que deben
regir la sociedad para que el Estado sea legítimo y justo. Esto
puede hacerse mediante ficciones utópicas como la posición original
de Rawls o la comunidad ideal de diálogo de Apel y Habermas.
Filosofía
del derecho.
El
derecho es el conjunto de normas que regulan el funcionamiento de la
sociedad, así como las obligaciones y derechos de los ciudadanos.
Desde su origen en la antigua Grecia, la filosofía ha intentado
explicar cuál es la fundamentación del derecho. En general podemos
decir que las dos teorías más importantes en la filosofía del
derecho son el iusnaturalismo y el positivismo jurídico:
– Iusnaturalismo: Existe un derecho natural, que
consiste en normas válidas para todos los hombres, tiempos y
lugares. El derecho se funda en la moral. Existe una diferencia entre
legalidad y legitimidad, porque una ley sólo es legítima si es
justa.
– Positivismo jurídico: Hay una separación clara
entre la ley y la ética. Las leyes que existen son sólo las leyes
positivas, las que han sido dictadas y se hacen cumplir en una
sociedad. El valor del derecho se funda en su legalidad. Por eso
existe una notable variación histórica y social de las leyes, según
el momento y el lugar en el que se han establecido.
CUESTIONES.
1. ¿En qué se diferencian la moral y la ética? ¿Y
cuál es la diferencia entre legalidad y moralidad? Pon algún
ejemplo concreto para aclarar tu respuesta.
2. Muchos filósofos afirman que el hombre es un ser
“constitutivamente moral”. ¿Sabes qué es lo que quiere decir
esta frase? Explica su relación con los conceptos de
responsabilidad, elección y carácter moral.
3. Existen diversas teorías sobre el origen del que
proviene la conciencia moral. Explica en qué consisten estas
distintas teorías, aclarando razonadamente cuál de ellas te parece
más convincente.
4. La conciencia moral, según Kohlberg, evoluciona
siguiendo una serie de niveles y etapas a lo largo de la vida.
¿Cuáles son estas etapas y qué características tiene cada una de
ellas? ¿Tú crees que todos los seres humanos llegan a la última
fase en su vida adulta?
5. ¿De qué se ocupa la filosofía política? ¿En qué
se diferencia de la ciencia política? ¿Cuáles son las principales
preguntas que se plantea la filosofía política?
6. ¿Sabrías explicar en qué consiste el Estado?
¿Están de acuerdo todos los filósofos en reconocer la necesidad de
que exista el Estado? Explica tu respuesta con ejemplos concretos.
7. ¿En qué consiste la teoría contractualista clásica
de la Edad Moderna? ¿En qué se diferencia esta concepción del
Estado de la que existía en la antigua Grecia?
8. ¿En qué consiste el neocontractualismo de John
Rawls? Busca información sobre esta teoría y explica detalladamente
en qué consiste. ¿Te parece una propuesta convincente? ¿Por qué?
9. ¿Qué diferencias encuentras entre el iusnaturalismo
y el positivismo jurídico? Aclara tu respuesta razonadamente
incluyendo algunos ejemplos concretos.
UD.
5. EL LENGUAJE Y LA LÓGICA.
OBJETIVOS.
– Apreciar la importancia de la dimensión simbólica
en el proceso de humanización.
– Explicar las características específicas del
lenguaje humano que lo distinguen de otros sistemas de comunicación
animal.
– Comprender a grandes rasgos las ideas de
Wittgenstein acerca del lenguaje.
– Distinguir el lenguaje natural del lenguaje formal
propio de la lógica.
– Saber qué es una falacia identificando
correctamente algunas de las más importantes.
CONTENIDOS.
La
comunicación y el lenguaje.
Como
se sabe, la comunicación es un proceso en el que se transmite
información de un punto a otro. También sabemos que en todo proceso
de comunicación están presentes los siguientes elementos: Emisor,
receptor, mensaje, código, canal y contexto.
El
código de cualquier forma de comunicación está formado por signos.
Un signo es un elemento que sirve para representar o ponerse en el
lugar de algo. Por ejemplo, estamos acostumbrados a asociar el humo
con el fuego, la luz roja con el peligro, una paloma con la paz, o la
palabra “manzana” con ese tipo concreto de fruta.
Un
signo establece una relación entre significante y significado. El
significante es el elemento concreto que forma el signo, mientras que
el significado es aquello que el signo representa. Por ejemplo, en un
semáforo abierto el significante es la luz verde, y el significado
es el permiso para avanzar.
Existen
distintos tipos de signos. Llamamos indicios a los signos naturales.
En las señales la relación entre significante y significado es una
conexión entre la causa y el efecto. Por ejemplo, el humo es un
indicio que indica la presencia de fuego.
Los
signos que no son naturales se denominan convencionales, porque en
ellos no hay ninguna conexión natural entre significante y
significado. Los signos convencionales están basados en un acuerdo.
Llamamos iconos a los signos en los que se trata de representar
mediante analogías al objeto representado. En los iconos existe una
relación de semejanza entre el significante y el significado. Por
ejemplo, muchas indicaciones de tráfico son iconos porque emplean
imágenes en las que se representa mediante una analogía lo que se
quiere indicar. Los símbolos son signos convencionales no icónicos,
en los que la conexión entre significante y significado es
completamente arbitraria. Las palabras, por ejemplo, son símbolos
verbales o escritos.
La
ciencia que estudia los signos se denomina semiótica. La semiótica,
a su vez, se divide en varias partes distintas. La sintaxis
estudia las relaciones que pueden establecerse entre los signos, para
analizar qué secuencias de signos están bien formadas y cuáles no.
La semántica se centra en los significados, se preocupa por
estudiar las relaciones entre los signos y lo que representan. La
pragmática analiza cuáles son los usos del lenguaje y las
relaciones que existen entre los signos y los usuarios de un sistema
de comunicación.
Muchos
animales son capaces de comunicarse entre sí. Sin embargo, existen
importantes diferencias entre la comunicación animal y la
comunicación humana. Los animales emplean un sistema de comunicación
innato, instintivo y común a toda la especie, con el que pueden
referirse únicamente a situaciones concretas que se producen en el
momento presente. Los seres humanos, por el contrario, empleamos
sistemas de comunicación aprendidos y convencionales, que nos
permiten referirnos a realidades abstractas o que están más allá
de lo particular. Sin embargo, la principal diferencia entre el
lenguaje humano y el lenguaje animal está en que el lenguaje humano
está articulado. Esto quiere decir que las personas podemos combinar
los signos de muchas formas diferentes para crear nuevas estructuras.
Además, el lenguaje humano está doblemente articulado. Por una
parte, las personas podemos combinar elementos sin significado, como
los sonidos o las letras. Y por otra parte, podemos también combinar
unidades significativas, como las palabras, para formar una infinidad
de frases diferentes. La doble articulación del lenguaje humano hace
que nuestras posibilidades comunicativas sean prácticamente
ilimitadas, a diferencia de lo que ocurre con los animales. Por eso
el lenguaje humano es extraordinariamente rico y complejo.
El
lenguaje, que surgió en las primeras etapas de la hominización, ha
permitido al hombre adaptarse al medio. Nos permite trascender lo
inmediato y pensar de forma abstracta en cosas posibles o futuras, y
nos facilita la comunicación al permitirnos compartir experiencias y
conocimientos con los demás.
El
lenguaje y el pensamiento.
Sin
duda, existe una estrecha relación entre nuestros pensamientos y
nuestras palabras. Pero los filósofos no se ponen de acuerdo a la
hora de aclarar el funcionamiento de las relaciones entre pensamiento
y lenguaje.
Algunos
filósofos creen que el lenguaje determina el pensamiento. Esta es la
posición de los lingüistas Y. Sapir y B. Whorf. La tesis de Sapir y
Whorf afirma que nuestro lenguaje determina los conceptos con los que
nos representamos la realidad. Así pues, cuando un niño aprende su
lengua materna, también está de alguna manera aprendiendo una
determinada concepción del mundo con ella.
Por
el contrario, el psicólogo J. Piaget creía que el pensamiento
condiciona el lenguaje.
Para
Piaget, la inteligencia del niño se desarrolla desde su nacimiento,
aunque éste sólo es capaz de hablar posteriormente. Piaget creía
que existen formas de pensamiento que no son lingüísticas, como la
capacidad de resolver un problema (que es lo que hacemos, por
ejemplo, al buscar una piedra o un tronco para pasar un riachuelo sin
mojarnos).
La
filosofía del lenguaje de Wittgenstein.
El
filósofo austriaco Ludwig Wittgenstein dedicó la mayor parte de su
obra a estudiar la filosofía del lenguaje. En una primera etapa
publicó un libro muy importante, el “Tractatus
logico-philosophicus”, en el que defendía la idea de que el
lenguaje es una especie de imagen de los hechos que se producen en la
realidad. Sin embargo, algunos años después, Wittgenstein elaboró
una teoría del lenguaje completamente diferente en su obra
“Investigaciones filosóficas”.
El
primer Wittgenstein afirma en el “Tractatus” que el lenguaje es
una representación del mundo. Wittgenstein estaba preocupado por
aclarar qué cosas pueden decirse con sentido y cuáles son
simplemente un galimatías que no significa nada. Creía que el
lenguaje de la ciencia afirma cosas lógicas y llenas de sentido,
mientras que muchas de las afirmaciones de la metafísica, la
religión o la ética simplemente no significan nada.
Para
que el lenguaje pueda decir cosas con significado hace falta que
nuestras palabras reproduzcan la lógica de los hechos, porque el
lenguaje funciona proporcionando imágenes de la realidad. Esta
imagen sólo será adecuada si hay una correspondencia entre las
palabras y los hechos.
El
segundo Wittgenstein, después de unos años, rechazará por completo
las ideas del “Tractatus”. En las “Investigaciones
filosóficas”, Wittgenstein afirma que no existe ningún lenguaje
ideal (ni siquiera el científico) que sea capaz de reproducir la
lógica del mundo. El fallo del “Tractatus”, para el segundo
Wittgenstein, está en que consideraba que el lenguaje estaba hecho
únicamente de proposiciones, de afirmaciones o negaciones sobre la
realidad. Sin embargo, el lenguaje puede servir para muchas más
cosas: A veces hablamos para dar órdenes, para pedir algo, para
expresar alegría o sorpresa, para saludar, para rezar… Así que en
vez de un lenguaje lo que hay son muchos lenguajes diferentes, o como
Wittgenstein los llamó, muchos “juegos de lenguaje” distintos.
Cada “juego de lenguaje” tiene sus propias reglas, por lo que
resulta imposible elaborar una teoría ideal que los reúna a todos.
La función de la filosofía, según esta teoría, será la de
aclarar cuáles son los juegos de lenguaje que estamos usando para
que no caigamos en malentendidos ni en confusiones engañosas. Así
se demostrará que muchas de las paradojas y dificultades de la
filosofía no son más que malentendidos lingüísticos que derivan
de haber usado ilegítimamente un juego de lenguaje en lugar de otro.
El
lenguaje formal de la lógica.
El
lenguaje ordinario, pese a su riqueza, presenta algunas ambigüedades
y se presta a confusiones y paradojas. Para evitar estas dificultades
se han construido lenguajes artificiales como los de la lógica o las
matemáticas.
La
lógica estudia la forma que debe tener un razonamiento correcto,
prescindiendo del significado semántico del contenido. Un
razonamiento es una serie de proposiciones o juicios relacionados
entre sí. Así, podemos decir que un razonamiento consiste en la
deducción de conclusiones a partir de ciertos datos que se dan por
sabidos (premisas).
La
lógica se interesa sólo por la verdad formal, no por la verdad
material. La lógica puede decirnos si un razonamiento está
correctamente construido pero nos permite determinar si una
proposición es verdadera o no en el mundo de los hechos de la
experiencia.
En
su formulación clásica la lógica utiliza símbolos que se combinan
formalmente para analizar el modo en que se construyen los
razonamientos. Los razonamientos típicos de la lógica clásica son
los silogismos. Un silogismo es un argumento deductivo formado por
tres proposiciones: Dos premisas y una conclusión. Veamos un ejemplo
típico de silogismo, que ilustra el llamado “modus ponens”:
1.- Todas las personas son mortales.
2.- Luisa es una persona.
3.- Por lo tanto, Luisa es mortal.
Y
aquí tienes otro ejemplo característico, el denominado “modus
tollens”:
1.- Si llueve, me mojo.
2.- No me he mojado.
3.- Por lo tanto, no ha llovido.
Falacias.
Como
sabemos, un razonamiento es una serie de proposiciones o juicios
relacionados entre sí. Cuando estas proposiciones están encadenadas
de una forma incorrecta decimos que el razonamiento es falaz. Así
pues, una falacia es un razonamiento que parece estar bien, pero que
al analizarlo detenidamente está incorrectamente formulado. A veces
las falacias son intencionadas, puesto que están hechas para
confundir a nuestro interlocutor. Llamamos sofismas a estos
razonamientos engañosos hechos a propósito con la intención de
confundir. Distintos tipos de falacias:
– Falacia ad baculum: Persuadir mediante la fuerza.
Razonamiento en el que para establecer una conclusión no se aportan
razones sino que se recurre a la fuerza o a la amenaza; ejemplo: “No
vengas a trabajar a la tienda con pantalones cortos; recuerda que
quien paga, manda”. Esquema implícito: A afirma p, A es una
persona con poder sobre B, por lo tanto, p.
– Falacia ad hominem: Desacreditar la opinión de
otros descalificando a la persona que defiende los argumentos en
cuestión; ejemplo: “Los ecologistas dicen que consumimos demasiada
energía, pero no hagas caso, porque siempre exageran”. Esquema
implícito: A afirma p, A no es una persona de crédito, por lo
tanto, no p.
– Falacia ad verecundiam: Afirmar la validez de una
proposición basándose en la autoridad de quien la enuncia; ejemplo:
“Según el alcalde, lo mejor para la salud de los ciudadanos es
asfaltar todas las plazas”. Esquema implícito: A afirma p, A es
una autoridad, por la tanto, p.
– Falacia ad populum: Discurso en el que se omiten las
razones adecuadas y se exponen razones no vinculadas con la
conclusión, pero que se sabe serán aceptadas por el auditorio. Es
una argumentación demagógica; ejemplo: “Tenemos que prohibir que
vengan más extranjeros, pues ¿qué harán nuestros hijos si los
inmigrantes les quitan el trabajo”. Esquema implícito: A afirma p,
A presenta un contexto emocional favorable, por lo tanto, p.
– Falacia ad ignorantiam: Razonamiento en el que se
pretende defender la verdad (o la falsedad) de una afirmación por el
hecho de que no se puede demostrar lo contrario; ejemplo: “Nadie
puede demostrar que no haya ninguna influencia de los astros en
nuestra vida; por lo tanto, las predicciones de la astrología son
verdaderas”. Esquema implícito: Se niega (o afirma) p, como no
tenemos pruebas de que p sea verdadero (o falso), por lo tanto, p es
falso (o verdadero).
– Falacia post hoc... (post hoc, ergo propter hoc...,
después de esto, entonces por causa de esto...): Razonamiento que, a
partir de la coincidencia entre dos fenómenos se establece, sin
suficiente base, una relación causal; ejemplo: “El cáncer de
pulmón se presenta frecuentemente en personas que fuman cigarrillos;
por lo tanto, fumar cigarrillos causa este cáncer”. Esquema
implícito: Se da X, acto seguido se da Y, por la tanto, X es causa
de Y.
– Falacia de la afirmación del consecuente: “XXXX”.
– Falacia de la negación del antecedente: “XXXX”.
– Falacia de petición de principio: Toma como premisa
del razonamiento la
conclusión que se pretende demostrar.
CUESTIONES.
1. ¿Sabrías explicar qué diferencia hay entre un
indicio, un icono y un símbolo? Pon al menos dos ejemplos diferentes
de cada uno de ellos para explicar tu respuesta.
2. ¿Qué características tiene el uso de los símbolos
para los seres humanos? ¿Por qué son tan importantes?
3. ¿De qué forma crees que pudo influir el uso de los
símbolos en el proceso de humanización? Explica tu respuesta con
ejemplos concretos.
4. ¿Recuerdas cuáles son los elementos básicos de
cualquier proceso de comunicación? Ilustra estos elementos con un
ejemplo concreto para aclarar tu respuesta.
5. ¿Cuáles son los rasgos que diferencian el lenguaje
humano de otras formas de comunicación animal, como la que existe
entre las abejas o entre las ballenas? Explica razonadamente tu
respuesta.
6. ¿Qué es lo que proponía el primer Wittgenstein en
el “Tractatus”? ¿Cuál era su propósito al escribir esta obra?
7. ¿Por qué rechaza el segundo Wittgenstein las ideas
del “Tractatus”? ¿Qué es lo que defiende en su segunda etapa
este filósofo del lenguaje?
8. ¿Sabes lo que es un lenguaje formal? ¿En qué se
diferencian los lenguajes formales de los lenguajes naturales? Pon
ejemplos para aclarar tu contestación.
9. La lógica es una parte muy importante de la
filosofía. ¿Recuerdas qué es lo que estudia la lógica? ¿Sirve
para algo este estudio?
UD.
6. EL SER HUMANO: NATURALEZA Y CULTURA.
OBJETIVOS.
– Distinguir los aspectos naturales y culturales
presentes en el ser humano.
– Describir las principales etapas en el desarrollo
evolutivo del homo sapiens, diferenciando los procesos de cambio
biológico y de desarrollo psico-social.
– Conocer los principios básicos de la teoría
evolucionista, distinguiéndola adecuadamente del fijismo y
apreciando las diferencias existentes entre la teoría de Lamarck y
la de Darwin.
– Apreciar la dimensión intrínsecamente social del
ser humano, valorando la importancia de la cultura como elemento
constituyente de la individualidad personal.
CONTENIDOS.
Naturaleza
y cultura.
La
conducta del ser humano no puede comprenderse desde un punto de vista
exclusivamente biológico. A diferencia de lo que sucede con el resto
de los animales, en el hombre existe una dimensión cultural de gran
importancia que se superpone a su dimensión biológica. Las personas
están configuradas a la vez por unos elementos de carácter natural
y otros de carácter social.
A
grandes rasgos, podemos decir que lo natural en el hombre es su
herencia biológica, transmitida por nuestros padres. Se trata de
elementos que recibimos de forma innata y que están codificados en
nuestros genes. Rasgos como el color de los ojos o el grupo sanguíneo
forman parte de nuestra herencia biológica.
La
dimensión cultural del ser humano, por el contrario, se adquiere a
través de la socialización. La cultura es algo aprendido que nos ha
transmitido la sociedad en la que vivimos. El lenguaje que hablamos,
la forma en la que nos vestimos o el tipo de comidas que preparamos
forman parte de nuestra cultura.
La
vida y la evolución.
Los
biólogos datan el origen de la vida en la Tierra hace
aproximadamente 3.600 millones de años. Hoy sabemos que todos los
seres vivos de nuestro planeta comparten la misma organización
bioquímica y un origen común. Según nos enseña la teoría de la
evolución, el desarrollo de la vida ha sido básicamente continuo a
lo largo del tiempo.
La
variabilidad genética que caracteriza la herencia biológica ha
permitido un procesode selección natural de los organismos mejor
adaptados. Esto ha generado una serie de cambios cualitativos
graduales que han provocado a lo largo del tiempo la transformación
de las especies vivas. Nuestra especie, el homo sapiens, es también
un producto de la evolución biológica. Como sabemos, nuestros
ancestros fueron primates antropoides que fueron evolucionando a lo
largo del tiempo hasta convertirse en seres similares a nosotros.
Aunque
hoy en día la evolución de las especies es un hecho científico
indudable, esto permaneció ignorado durante mucho tiempo. La teoría
predominante fue durante siglos el fijismo. El fijismo afirma que las
especies son inmutables y permanecen siempre tal y como Dios las
creó. Esto es, por ejemplo, lo que creía Linneo, el padre de la
taxonomía moderna. Filosóficamente, el fijismo es una postura
esencialista que defiende la existencia de una jerarquía natural de
los seres. Apoya la idea de que existe una naturaleza humana fija y
determinada, y concede al hombre un papel central en la creación.
El
fijismo, sin embargo, tenía muchos fallos. No podía explicar el
significado de los fósiles de seres que hoy en día no existen, por
ejemplo. Por eso surgieron las teorías evolucionistas, según las
cuales las especies no son inmutables sino que cambian con el tiempo.
Lamarck
propuso una teoría de la transformación según la cual las especies
se transforman progresivamente, perfeccionándose y haciéndose cada
vez más complejas. Lamarck creía que la función hace al órgano y
que los caracteres adquiridos se heredan.
Hoy
en día sabemos que estas dos suposiciones son falsas. La teoría
correcta fue enunciada por Darwin. Según esta teoría todas las
especies tienen un origen común. La evolución se produce porque los
organismos están continuamente luchando por su supervivencia. Esto
favorece un proceso de selección natural que garantiza el éxito
competitivo del más apto. Los mecanismos de la evolución son la
adaptación y herencia. La teoría se basa en el carácter ciego
y azaroso del proceso evolutivo, negando la existencia de finalismo
en la Naturaleza. El evolucionismo es, filosóficamente, una teoría
materialista, dinámica y progresiva. Aunque la teoría de Darwin es
correcta, en su tiempo encontró muchas críticas porque no se
conocía el modo en que se heredan biológicamente los caracteres. De
hecho, sólo pudo aclararse el mecanismo por el que se transmite la
herencia cuando se desarrolló la genética.
La
evolución humana: Antropogénesis.
En
el proceso de la evolución humana conviene distinguir los cambios
biológicos (a los que se llama hominización) de los cambios
psicosociales (que reciben el nombre de humanización).
Los
elementos fundamentales de la hominización son los siguientes: En
primer lugar el bipedismo, que es una adaptación a las condiciones
ambientales de la sabana. Esto produjo cambios en la estructura del
pie, una modificación de la columna vertebral, la liberación de las
manos, una reducción de las mandíbulas, el aumento del cráneo y la
disminución de los dientes. Todos estos cambios fueron enormemente
importantes, porque ofrecieron bases fisiológicas que hicieron
posible la aparición de la inteligencia, del lenguaje y de la
técnica.
Los
aspectos más importantes de la humanización o evolución cultural
están relacionados con la capacidad de aprendizaje humana, que nos
permitió superar las limitaciones de la conducta instintiva. Algunos
elementos relevantes en la evolución psicosocial del hombre fueron
el desarrollo de la caza, el descubrimiento del fuego, la larga etapa
de aprendizaje característica de los recién nacidos humanos, el
desarrollo del comportamiento social y la aparición del lenguaje.
Establecer
una cronología para las etapas de la evolución humana es una tarea
muy compleja. El homo habilis, uno de nuestros más remotos
ancestros, vivió hace unos 2,5 millones de años. Al homo habilis le
sucedió el homo erectus, hace unos 1,8 millones de años. Existieron
muchos otros antropoides en la cadena evolutiva del género Homo.
Cabe destacar al homo sapiens neanderthalensis (el hombre de
Neandertal), que vivió hasta hace unos 30.000
años pero que se extinguió. Nuestra especie, el homo sapiens
sapiens apareció hace unos 100.000
años y ha permanecido –en términos de hominización–
prácticamente idéntica desde entonces.
La
dimensión sociocultural del ser humano.
Como
hemos visto, en el ser humano existe una dimensión social mezclada
con la dimensión biológica. Los seres humanos son sociales, puesto
que viven en grupos de individuos que se relacionan entre sí de
formas complejas. Cada grupo social dispone de una cultura propia. La
cultura puede definirse como un conjunto de valores, normas y objetos
característicos de una sociedad. En sentido amplio, la cultura de un
grupo social hace referencia a su forma de vida, e incluye
actividades, conocimientos, técnicas, ideas, costumbres, bienes…
que se transmiten por aprendizaje social.
La
cultura es enormemente importante, porque permite al ser humano
suplir sus carencias como animal, así como adaptarse al medio
modificándolo. Conviene distinguir dos aspectos en la cultura de un
grupo social. La cultura material está constituida por objetos,
técnicas, vestidos… mientras que la cultura inmaterial está
integrada por normas, leyes, ideas, costumbres…
El
ser humano sólo puede desarrollarse como persona en el seno de la
sociedad mediante el aprendizaje de una cultura. A este proceso se le
denomina socialización, y resulta fundamental para que los niños
aprendan las normas y los valores de su cultura. Además, la
socialización permite que el individuo comprenda quién es,
adquiriendo su propio sentido de la identidad. La libertad, la
identidad (social y personal) y la individualidad humanas sólo
pueden desarrollarse en sociedad.
CUESTIONES.
1. ¿Sabrías explicar cuál es la diferencia entre los
elementos naturales y culturales que caracterizan a un ser humano?
Pon un ejemplo concreto para aclarar tu respuesta considerando qué
es lo que hay de cultural y de natural en una persona perteneciente a
un país distinto del tuyo.
2. ¿En qué consiste el fijismo? ¿Qué es lo que
afirma esta teoría? Explica detenidamente cuáles son las
características de esta teoría desde el punto de vista filosófico.
3. ¿Qué es lo que defiende la teoría de la evolución?
¿En qué se diferencia del fijismo? ¿Cuáles son sus implicaciones
desde el punto de vista filosófico?
4. Expón cuáles son las diferencias entre la teoría
de Lamarck y la de Darwin. ¿Cuál de las dos ha sido corroborada
científicamente? Explica tu respuesta.
5. En la antropogénesis suelen diferenciarse dos
procesos diferentes, aunque interrelacionados, a los que se denomina
hominización y humanización. ¿Sabes en qué consiste cada uno de
ellos? Explica tu respuesta.
6. ¿Cuáles son los principales cambios que se
produjeron en el proceso de hominización? Pon ejemplos concretos de
cada uno de ellos, aclarando cuál fue su importancia en el proceso
evolutivo del ser humano.
7. ¿Qué aspectos importantes hay que tener en cuenta
para describir la evolución cultural del ser humano a lo largo del
proceso de humanización? Explica claramente la importancia que tuvo
cada uno de estos aspectos en la transformación del hombre.
8. ¿Qué significado tiene la palabra “cultura”
para un antropólogo o para un filósofo? ¿Para qué sirve la
cultura? ¿Cuáles son los elementos que integran la cultura de una
determinada sociedad?
9. Muchos filósofos afirman que la individualidad y la
libertad del ser humano sólo pueden alcanzarse en el seno de la
sociedad. ¿Sabrías explicar el significado de esta frase?
10. ¿Crees que existen algunas culturas que son
superiores a otras? Explica tu respuesta razonando convenientemente
tu posición y poniendo ejemplos concretos para aclarar tu punto de
vista.
UD.
7. CONCEPCIONES FILOSÓFICAS DEL SER HUMANO.
OBJETIVOS.
– Conocer las concepciones filosóficas del ser humano
en las distintas etapas del pensamiento griego, apreciando su
repercusión posterior en la filosofía occidental.
– Describir las aportaciones que el cristianismo
introdujo en la antropología filosófica y apreciar su carácter
novedoso frente a la filosofía de tradición griega.
– Valorar la importancia del Renacimiento como etapa
de redescubrimiento del hombre y de su papel en el universo.
– Conocer las aportaciones principales de la filosofía
política renacentista, explicando sus conexiones con el
antropocentrismo de la época.
– Comprender el modo en que se plantea la concepción
filosófica del ser humano en la modernidad, distinguiendo
adecuadamente las propuestas de los pensadores racionalistas y
empiristas.
– Describir las líneas generales de la antropología
kantiana relacionándola tanto con su epistemología como con su
ética.
– Comprender la importancia que tienen los llamados
“filósofos de la sospecha” en el replanteamiento de las
concepciones filosóficas del hombre en la Edad Contemporánea.
– Conocer los planteamientos básicos de la teoría
psicoanalítica freudiana en lo que se refiere a su concepción del
ser humano.
– Enunciar las líneas generales de la antropología
filosófica marxiana.
– Comprender los elementos centrales de la concepción
del ser humano que plantea Nietzsche.
CONTENIDOS.
La
Grecia arcaica.
En
Grecia, antes de la aparición de la filosofía, las ideas acerca del
ser humano estaban basadas en los mitos recogidos por Homero y
Hesíodo. En sus poemas épicos, estos autores otorgaban gran valor a
la virtud (a la que denominaban en griego areté, que
significa excelencia). Para los griegos arcaicos el modelo ideal de
ser humano consiste en el valor, la fuerza y la astucia, que son las
propiedades de los héroes. En los poemas épicos griegos lo que
importa no es la intención, sino el resultado. Lo admirable para
ellos era el éxito. De acuerdo con esta visión del hombre, la
sociedad griega arcaica otorgaba gran valor a los mejores (“aristoi”
en griego), de donde viene la palabra “aristocracia”.
La
Grecia clásica.
Como
sabemos, el nacimiento de la filosofía tuvo lugar en Grecia hacia el
siglo VI a.C.
Aunque
los primeros filósofos estaban sobre todo interesados por las leyes
de la naturaleza (physis), pronto se produjo un giro antropológico
con Sócrates y los sofistas en el siglo V a.C. Este interés por las
leyes humanas (nomos) coincide con el desarrollo de la democracia en
Atenas e introdujo ideas novedosas en el pensamiento griego.
A
partir de este momento, en la filosofía griega aparecerá una
concepción del hombre como animal racional y como animal social. De
acuerdo con esta visión, la racionalidad humana nos permite
comportarnos como seres morales y políticos. Sin embargo existía
una diferencia importante entre la visión de Sócrates y la de los
sofistas. Los sofistas establecían una distinción muy nítida entre
physis y nomos. Para ellos, la naturaleza seguía unas leyes propias
que no dependen de los humanos. En cambio, las leyes de la ciudad (el
nomos) son convencionales. Los hombres las crean ylas pueden cambiar.
Esta visión está muy relacionada con el relativismo moral que
defendían estos filósofos, según el cual las normas no son nunca
absolutamente buenas o malas, sino que dependen de la sociedad y del
momento en que uno vive.
Sócrates
criticó duramente a los sofistas. En su opinión, la razón era el
atributo esencial del hombre. Atendiendo a nuestra razón y
escuchando la voz de la conciencia podemos saber qué es lo que está
bien y lo que está mal. El bien y el mal no son relativos, sino que
son iguales para todos los seres humanos en todo momento. Para saber
cómo comportarnos debemos usar la razón. Así descubriremos la
importancia del autodominio, que es el principio de la libertad.
Sócrates afirmó la relevancia de la autonomía humana que nos
convierte en artífices de nuestra armonía personal. Cada uno de
nosotros es responsable, con sus decisiones, de su propia felicidad.
A
partir de este momento la filosofía griega se planteó el problema
de las relaciones entre alma y cuerpo. Para esta cuestión, como
sabes, existen respuestas monistas (como el materialismo y el
espiritualismo). Pero también hay respuestas dualistas como la
platónica. Platón creía que el ser humano estaba formado por una
parte noble y espiritual (el alma) que estaba encerrada en una parte
material y poco digna de aprecio (el cuerpo). El alma es inmortal y
de origen divino, mientras que el cuerpo es mortal y corruptible.
Además, Platón pensaba que hay tres partes o tipos de alma en el
ser humano. El alma concupiscible es propia de quienes sólo se
preocupan por las cosas materiales. El alma irascible es
característica de quienes se dejan llevar por los sentimientos de
valor, ira y honor. El alma racional es la propia de quienes aprecian
el pensamiento y la reflexión. Para Platón el alma racional es la
mejor de todas, por lo que debe encargarse de dominar y controlar a
las otras dos. Además, Platón pensaba que la sociedad debería
dividirse en tres grupos según el tipo de alma dominante. Aquellos
en los que predomina el alma concupiscible deberían dedicarse
a cosas materiales, como producir alimentos o comerciar con
productos. Los que tuvieran sobre todo un alma irascible
serían buenos soldados, mientras que los que tienen un alma
racional deberían dedicarse a la filosofía y al gobierno,
porque son los que mejor pueden comprender lo que hace falta para
guiar a la sociedad.
Aristóteles,
discípulo de Platón, también creía que el hombre estaba formado
por cuerpo y alma. Pero el alma para Aristóteles no era un principio
espiritual e inmortal. Aristóteles creía que todas las cosas
estaban formadas por materia y forma. La materia es aquello de lo que
algo está hecho y la forma es la manera en la que la materia se
organiza y estructura para convertirlo en esa cosa en concreto y no
en otra. Para Aristóteles, el cuerpo es la materia de la que estamos
hechos, mientras que el alma es la forma. El alma es para Aristóteles
un principio vital e intelectivo que desparece cuando dejamos de
vivir y de pensar, por lo que el alma para él no era inmortal.
Después
de Aristóteles comienza la época histórica del helenismo, que es
la que siguió a la muerte de Alejandro Magno. Alejandro había
conquistado un enorme imperio en el que se extendieron la lengua y la
cultura griega. Pero a su muerte sus territorios fueron divididos en
distintos reinos en los que se instauraron monarquías autoritarias.
En este tipo de régimen, a diferencia de lo que sucede en la
democracia, los individuos no pueden participar en la política
porque todo lo decide el monarca. Por eso en el mundo helenístico la
filosofía dejó de interesarse por los problemas colectivos y pasó
a preocuparse más bien por la felicidad individual. Es el momento en
el que se desarrollan las teorías éticas del epicureismo y el
estoicismo.
Curiosamente,
en la época helenística, la despreocupación por la política y el
desarrollo del individualismo coinciden con el sentimiento de que en
el fondo todos los seres humanos son iguales. A esto contribuyó en
gran medida la extensión de una única cultura de base helénica que
hizo a los seres humanos sentirse por primera vez como iguales y como
ciudadanos de un mismo mundo.
La
Edad Media.
Durante
la larga etapa de la Edad Media, que duró casi un milenio, Europa se
caracterizó por el predominio absoluto del cristianismo. La religión
cristiana introdujo en el pensamiento occidental algunas ideas nuevas
muy diferentes de las que existían en Grecia. Por ejemplo, los
cristianos creían que Dios había creado el mundo a partir de la
nada en un instante determinado. Esta idea hubiera resultado
inconcebible para un griego, porque en Grecia resultaba impensable la
aparición de algo a partir de nada. Esto es muy importante porque
servirá para introducir una concepción lineal de la historia frente
al modelo circular del tiempo en Grecia. Para los cristianos el mundo
tuvo un principio en la creación y tendrá un término en el que los
hombres resucitarán el día del Juicio Final.
La
filosofía medieval está además subordinada a la religión. En la
Edad Media la fe tiene más valor que la razón, por lo que para los
filósofos cristianos la verdad revelada en la Biblia tendrá una
importancia fundamental.
En
cuanto a la visión del hombre en el cristianismo medieval, podemos
decir que sebasa en la creencia de que Dios ha creado al hombre a su
imagen y semejanza. Por esa razón el ser humano tiene un papel
especial en el universo. El alma humana es inmortal y su destino
final dependerá de nuestro comportamiento. Por esa razón la moral
está sujeta a las leyes de Dios. Esto quiere decir que el ser humano
es libre de obedecer los mandatos divinos o de pecar, y por
consiguiente es responsable de su salvación o condenación.
Humanismo
renacentista.
En
el siglo XV surgió en algunos lugares de Europa una nueva visión
del mundo que pretendía superar el teocentrismo medieval. Los
autores del Renacimiento prestaron gran atención a los asuntos del
hombre, dejando en segundo plano las cuestiones religiosas, por lo
que impulsaron el antropocentrismo. Defendieron la libertad de
pensamiento, recuperaron los textos de los clásicos grecolatinos y
afirmaron la idea de que el ser humano es libre y dueño de su propio
destino. Existió además un renovado interés por la ciencia y por
la naturaleza, que ahora se consideraba valiosa en sí misma y no
sólo por ser una creación de Dios.
La
filosofía política en Renacimiento es particularmente importante.
Existen dos grandes corrientes de pensamiento político: El realismo
político de Maquiavelo y el utopismo de Tomás Moro.
Maquiavelo
creía que la política debía basarse en el estudio detallado de
cómo se comportan los seres humanos, dejando a un lado las
cuestiones morales o las consideraciones acerca de lo que debería
suceder en un mundo ideal. En su opinión, para gobernar un país con
eficacia hace falta ser realistas. El príncipe debe ser astuto,
fuerte y práctico. El éxito en el gobierno no depende de que el
príncipe sea una buena persona ni de que tenga virtudes morales,
sino que se basa en la capacidad de alcanzar el poder sabiendo
mantenerse en él. El pensamiento de Maquiavelo separó nítidamente
la política de la ética, que desde tiempos de Aristóteles se
habían considerado íntimamente unidas.
Tomás
Moro, en cambio, pensaba que era necesario pensar acerca de cómo
debería ser una sociedad ideal. Expuso sus teorías en su libro
“Utopía”, donde describía cómo habría de organizarse un país
para que todos los individuos fueran felices.
La
Modernidad.
Durante
el siglo XVII Europa vivió una grave crisis económica, social,
política y religiosa. Esto hizo que los filósofos se replantearan
cuál era el papel del hombre en el universo. Descartes fue uno de
los filósofos más importantes de este siglo. Descartes es un
filósofo racionalista, porque creía en el valor de la razón como
instrumento para alcanzar un conocimiento válido y seguro. Aplicó
en su filosofía la “duda metódica” para tratar de encontrar
evidencias ciertas e indudables sobre las cuales construir un saber
riguroso. Según Descartes la primera verdad indudable es el hecho de
que si soy capaz de pensar y de dudar eso quiere decir que yo debo
existir (“cogito ergo sum” = pienso y por lo tanto existo).
Descartes también creía que en el mundo existen dos tipos de
sustancias diferentes: La materia y el espíritu. La materia
inanimada está sujeta al mecanicismo determinista, como le ocurre a
los planetas que se mueven obedeciendo las leyes de Newton. En cambio
el espíritu (el alma, el pensamiento, la conciencia…) es libre e
inmortal. El ser humano está formado por estas dos sustancias:
Cuerpo material y alma espiritual. Esto plantea un problema
filosófico complicado: ¿Cómo se relacionan y se comunican estas
dos sustancias en el ser humano? ¿Es el hombre un ser libre o no?
En
el siglo XVII también existió un gran interés por analizar el
origen de la sociedad. Desde tiempos de Aristóteles los filósofos
habían pensado que el hombre era un ser social por naturaleza. Pero
en la Edad Moderna esta idea será criticada y comenzará a pensarse
que la sociedad no es natural, sino que es artificial. Los hombres
han decidido vivir juntos por un acuerdo al que se llama el “contrato
social”. Se supone que antes de que existiera la sociedad los seres
humanos vivían en un “estado de naturaleza” previo.
Sin
embargo, los filósofos no se ponían de acuerdo en los detalles
acerca de ese supuesto “estado de naturaleza”. Por esta razón el
tema de la naturaleza humana es una de las cuestiones fundamentales
de la filosofía moderna.
La
idea acerca del estado de naturaleza que tenía Hobbes (un filósofo
empirista británico del siglo XVII) era bastante negativa. Para él
en su estado natural los hombres son egoístas y desconfiados. Todos
vivían en una guerra continua contra todos. El hombre era un lobo
para el hombre, por lo que la vida era corta, desagradable y brutal.
El Estado es necesario para garantizar la seguridad de los
individuos.
Locke
también era un empirista británico del siglo XVII. Él creía que
en su estado de naturaleza los hombres son libres e iguales. Además
pensaba que existe una ley moral natural innata. Los hombres tienen
derechos naturales que son previos a la creación de la sociedad,
como el derecho a la vida o el derecho a la propiedad.
Rousseau,
un filósofo ilustrado del siglo XVIII, creía –por su parte–
que el hombre presocial era feliz y libre. En su opinión, la
civilización trajo la injusticia y la desigualdad desde el momento
en que apareció la propiedad privada. De este modo apareció la
codicia y la envidia que corrompieron al hombre.
Uno
de los filósofos más importantes de la Edad Moderna es el alemán
Kant. Fue un ilustrado del siglo XVIII que trató de contestar en su
filosofía a tres grandes preguntas: 1) ¿Qué puedo conocer?, 2)
¿Qué debo hacer?, 3) ¿Qué me cabe esperar?
A
la primera pregunta (¿Qué puedo conocer?) Kant responde en su
epistemología. Su contestación establece que el hombre no conoce la
realidad tal como ésta es en sí misma, sino sólo tal y como se nos
muestra a través del modo en que funciona nuestra mente
A
la segunda pregunta (¿Qué debo hacer?) Kant contesta en su ética.
La ética de Kant es formal y deontológica. Kant criticó las éticas
anteriores, a las que llamaba éticas materiales, porque eran
heterónomas, hipotéticas y a posteriori. Su ética formal conduce a
la formulación de una norma básica de conducta que es el imperativo
categórico: “Actúa de tal modo que tus acciones puedan ser
universalizables”.
La
tercera pregunta de Kant (¿Qué me cabe esperar?) tiene que ver con
la aspiración a la felicidad de los seres humanos. Si obedecemos la
ética kantiana y siempre cumplimos con nuestra obligación, puede
que al final tengamos que renunciar a la felicidad. Kant pensaba que
debería haber algún modo de unir el cumplimiento del deber y la
felicidad humana, pero eso sólo sería posible si nuestra alma es
inmortal y si existe un Dios bondadoso que lo garantice.
La
época contemporánea.
Generalmente
se considera que la época contemporánea comienza con la Revolución
Francesa a finales del siglo XVIII. La historia del mundo en los
últimos dos siglos ha estado marcada por el desarrollo de la
industria y de la economía, el progreso científico y técnico, los
grandes cambios sociales y los conflictos políticos y bélicos.
Aunque
estos cambios mejoraron algunos aspectos de la vida, también crearon
serios problemas que hicieron reflexionar a los filósofos. Durante
el siglo XIX aparecieron tres grandes pensadores que cuestionaron el
valor de las ideas ilustradas acerca de la razón y el progreso:
Marx, Nietzsche y Freud.
Karl
Marx creía que la esencia constitutiva del ser humano era su
capacidad para transformar el mundo mediante el trabajo. El trabajo
es creativo y nos hace humanos. Sin embargo, en el capitalismo, el
fruto del trabajo no es del trabajador, sino que pertenece al dueño
de la fábrica. De esta forma el obrero se siente extraño frente a
su trabajo, cuando debería sentirse plenamente satisfecho de poder
realizarlo. A esta sensación de extrañamiento Marx la llama
“alienación”. Para superar esta contradicción es necesario que
el trabajador pueda volver a apropiarse del fruto de su trabajo.
Dadas las circunstancias, eso sólo puede suceder si triunfa una
revolución que acabe con la propiedad privada de los medios de
producción e instaure el comunismo.
Nietzsche,
por su parte, fue un filósofo muy crítico con la moral
racionalista, platónica y cristiana. En su opinión la moral
dominante en Occidente desde tiempos de Platón ha despreciado la
vida afirmando el valor de un mundo trascendente situado más allá
del mundo real. Nietzsche cree que ese mundo trascendente no existe.
Lo único que existe de verdad es esta vida, que hay que vivir y
disfrutar intensamente. Pero para Nietzsche eso no significa que
debamos prescindir de la moral. Lo que ocurre es que debemos crear
una nueva moral basada en la defensa del valor de la vida. Esta nueva
moralidad tendrá dos aspectos fundamentales: La afirmación de la
voluntad de poder y la aspiración de llegar a convertirnos en
superhombres.
Freud,
por último, vivió a finales del siglo XIX y comienzos del XX. Con
sus estudios acerca de la psicología humana descubrió que en el ser
humano existe una parte irracional e inconsciente que desempeña un
papel fundamental en nuestras vidas. Freud creía quedentro de
nosotros hay deseos y aspiraciones ocultas (por ejemplo de carácter
sexual) de las que no somos racionalmente conscientes, pero que
explican una parte importante de nuestro comportamiento. El
descubrimiento de Freud fue importante porque nos hizo darnos cuenta
de el ser humano no es completamente racional.
CUESTIONES.
1. ¿Cuál es la concepción del hombre que podemos
encontrar en los poemas homéricos?
2. Para Aristóteles el ser humano es un ser racional y
un animal social. ¿Sabrías explicar detalladamente y con ejemplos
concretos lo que significa esta afirmación?
3. Explica detalladamente lo que pensaba Platón acerca
de las relaciones entre el cuerpo y el alma de los seres humanos.
4. Después de la muerte de Alejandro Magno, la realidad
social y política cambió radicalmente en el mundo helénico.
¿Sabrías explicar de qué forma esta nueva situación influyó en
la visión filosófica acerca del ser humano?
5. ¿Cuáles fueron las principales novedades que aportó
el cristianismo al pensamiento filosófico en torno al ser humano?
¿Estaban presentes estas ideas en la Grecia clásica?
6. ¿Sabrías explicar la diferencia entre la visión
del hombre que tenía Maquiavelo y la que defendía Tomás Moro?
Explica tu respuesta.
7. La teoría de Descartes acerca del ser humano es
dualista. ¿Sabrías explicar en qué consiste? ¿Cuáles son las dos
sustancias de las que estamos compuestos según Descartes?
8. Tanto Rousseau como Hobbes sostuvieron que los seres
humanos pudieron haber vivido originalmente en un “estado de
naturaleza”. ¿Cómo era este estado de naturaleza para estos dos
filósofos?
9. Freud, Marx y Nietzsche son a veces denominados
“filósofos de la sospecha”. ¿Sabes por qué se les llama así?
Explica cuáles eran sus ideas para aclarar por qué se les considera
de este modo.
10. Define los siguientes términos: Areté,
Estoicismo, Epicureismo, Humanismo, Antropocentrismo, Inconsciente,
Alienación.
UD.
8. FUNDAMENTOS DE LA ACCIÓN MORAL.
OBJETIVOS.
– Explicar la diferencia que existe entre legalidad,
moralidad y ética.
– Distinguir las éticas teleológicas de las
deontológicas, explicando sus diferencias.
– Conocer las líneas generales de la ética kantiana
exponiendo su formulación del imperativo categórico.
– Describir el emotivismo moral de Hume, así como su
crítica de la falacia naturalista.
– Conocer y valorar críticamente el debate filosófico
en torno al problema de la libertad humana, contraponiendo el
existencialismo sartriano al determinismo de Skinner.
– Describir las propuestas planteadas por Apel,
Habermas y Jonas en el marco de la ética dialógica y de la
responsabilidad.
CONTENIDOS.
Ley,
ética y moral.
Aunque
mucha gente utiliza indistintamente las palabras “moral” y
“ética”, en filosofía es preciso distinguir su significado. La
moral es el conjunto de normas y costumbres que una persona o una
cultura determinada consideran adecuadas. Así, por ejemplo, podemos
hablar de la “moral católica” o de un ”comportamiento
inmoral”. La ética, en cambio, es el estudio crítico y racional
sobre la moral. La ética es una parte de la filosofía que trata de
responder preguntas relacionadas con los valores, las normas y las
consecuencias de la acción humana. La ética es, por tanto, una
reflexión filosófica sobre la conducta moral del hombre.
Es
muy importante que aprendamos a distinguir la legalidad de la
moralidad. La ley es el conjunto de normas escritas que regulan la
convivencia en una sociedad. Las leyes son externas a nosotros y
coercitivas, están recogidas en un código porque alguien las ha
puesto por escrito. Por eso a la ley escrita se le llama “derecho
positivo”. En cambio, la moral es personal porque se refiere a las
normas individuales de conducta, tiene que ver con lo que le parece a
cada uno correcto o incorrecto.
Las
acciones morales surgen en nuestra relación con los demás y están
orientadas por normas y valores. La ética trata de basar estas
normas morales en una reflexión crítica previa, para que tengan un
afán de universalidad
Existen
dos tipos de teorías éticas que suelen distinguirse desde Kant: Las
éticas teleológicas o de fines y las éticas
deontológicas o del deber.
En
las éticas teleológicas las acciones apuntan a un fin (que puede
ser la felicidad, el placer, la salvación...). Dentro de estas
éticas de fines, las normas morales pretenden solventar los posibles
conflictos entre intereses enfrentados. En contraste, las éticas
deontológicas apuntan al deber que tiene el sujeto de cumplir con su
obligación. En la ética del deber las acciones están basadas en
normas autónomas y no apuntan a un fin determinado, sino al
cumplimiento del deber señalado por la razón.
Kant
afirmaba que las éticas de fines eran materiales, porque tenían un
contenido o un propósito determinado. Eso, en su opinión,
presentaba tres problemas. Las éticas materiales, según Kant, son
hipotéticas, heterónomas y empíricas. Kant aspiraba a formular una
ética que fuera necesaria, autónoma y a priori, por lo que propuso
una ética formal. Su ética no se centra en el contenido de las
normas éticas, sino en la forma que deben tener. Para Kant, cada
sujeto debe darse a sí mismo sus propias normas, con una única
condición. Esa condición es que las normas estén formuladas de
manera que puedan universalizarse. A esta condición de las normas
éticas Kant la denominó el “imperativo categórico”, y equivale
a pedir que en nuestro comportamiento tratemos siempre a los seres
humanos como fines en sí mismos y no sólo como medios.
Fundamentación
de la moral.
Dependiendo
de la escuela filosófica que se siga, la fundamentación de la moral
puede ser externa, interna o intersubjetiva.
La
fundamentación externa de la moral afirma que el origen de
las normas es exterior al sujeto (heteronomía). Puede tratarse de la
ley de Dios, de las leyes naturales, de las tradiciones... Estos
sistemas corresponden a éticas teleológicas.
La
fundamentación interna de la moral sostiene que el origen de
las normas es la conciencia moral del propio sujeto (autonomía),
como en la ética de Kant.
Por
último, la fundamentación intersubjetiva de la moral
defiende que el origen de las normas es el diálogo y el consenso,
como en las propuestas éticas de Apel y de Habermas.
También
existe una controversia respecto al papel que juega la razón en la
moral. Kant pensaba que la ética se fundamentaba en el uso práctico
de la razón, porque usando nuestra inteligencia podemos saber cómo
debemos comportarnos. Sin embargo, David Hume rechaza la
fundamentación racional de la ética que ha primado desde los
inicios de la filosofía griega hasta el racionalismo. Según Hume,
la razón puede mostrar cómo son las cosas pero eso no justifica que
nos pueda indicar cómo deben ser (falacia naturalista). Para Hume,
los juicios morales se derivan de los sentimientos de agrado o
rechazo que nos producen determinadas acciones y que suscitan en
nosotros respuestas de aprobación o reprobación. La moral, así
pues, reside en la emoción y no en la razón. Estos sentimientos
están basados en una naturaleza humana común, que todas las
personas compartimos.
La
libertad como condición de la acción moral.
Cuando
hablamos de la libertad podemos utilizar el concepto en dos sentidos
distintos, a los que los filósofos llaman “libertad negativa” y
“libertad positiva”. La libertad negativa es la ausencia de
oposición o constricción para hacer algo. Yo tengo libertad
negativa cuando nadie me ata ni me impide hacer algo.
En
contraste, la libertad positiva es la capacidad efectiva para poder
llevar a cabo una acción. Para que pueda apreciarse la diferencia
podemos pensar en el ejemplo de alguien que quiere llegar a ser
médico. Tendría la libertad negativa de hacerlo si nadie le impide
estudiar, pero sólo tendría la libertad positiva de hacerlo si
verdaderamente es capaz deconvertirse en un médico. Aunque nadie nos
lo impida, para poder llegar a estudiar medicina debemos tener muy
buena nota, así que no es lo mismo la ausencia de impedimentos y la
capacidad real de hacer algo que deseamos. Esta diferencia es muy
importante, porque la libertad positiva es la que permite la
existencia de la acción moral, ya que es la forma de libertad que
hace posible elegir y llevar a cabo realmente nuestras acciones.
El
tema de la libertad ha sido muy discutido a lo largo de la historia
de la filosofía ¿Es verdaderamente libre el ser humano? ¿O en
realidad nuestro comportamiento está prefijado y la libertad es sólo
una ilusión? Existen dos posturas contrarias al respecto: Las éticas
indeterministas afirman la libertad humana como condición
necesaria para la acción moral; por el contrario, las éticas
deterministas niegan la libertad humana y sostienen que todos los
acontecimientos (incluyendo los actos humanos) están determinados
causalmente de forma inexorable.
Indeterminismo
ético.
El
indeterminismo ético sostiene que el hombre es libre a la hora de
actuar. La libertad humana es la base de la acción moral. Un ejemplo
de esta postura lo proporcionan la ética de Kant o el
existencialismo de Sartre.
Immanuel
Kant distingue entre la dimensión corpórea y la dimensión racional
del hombre. La dimensión corpórea está sometida a las leyes
causales y deterministas del mundo físico, pero la dimensión
racional escapa al determinismo y es el espacio de la libertad. La
libertad pertenece al ámbito de la razón práctica (acción) y no
al ámbito de la razón teórica (conocer).
El
carácter moral de una acción, según Kant, no estriba en el fin que
nos proponemos ni en las consecuencias del acto, sino únicamente en
los principios que mueven a nuestra voluntad a actuar.
Cuando
iniciamos una acción, seguimos un imperativo que nos impone una
obligación. Kant distingue entre imperativos hipotéticos e
imperativos categóricos. Los imperativos categóricos no están
condicionados, sino que son universales y necesarios. Una acción es
moral cuando obedece al imperativo categórico. Únicamente una
voluntad autónoma que obedece los mandatos del imperativo categórico
puede considerarse buena.
Kant
ofreció distintas formulaciones del imperativo categórico. Una de
ellas dice así: “Obra siempre según una máxima tal que puedas
querer que se torne en una ley universal”.
Esta
manera de enunciar el imperativo categórico hace referencia a la
posibilidad de universalización de las normas autónomamente
adoptadas. Otra formulación el imperativo categórico es la
siguiente: “Obra siempre según una máxima
tal
que uses la humanidad, tanto en ti mismo como en los demás, como un
fin al mismo tiempo y no únicamente como un medio” Con esta
formulación Kant apunta a la importancia del respeto incondicional a
la dignidad humana.
Jean-Paul
Sartre –por su parte– es el principal representante del
existencialismo francés, que se caracteriza por la reivindicación
de la existencia concreta, libre y consciente del lugar que cada cual
ocupa en el mundo. La identidad humana no es una esencia inamovible y
permanente, sino que radica en el hacerse libremente: “Estamos
condenados a ser libres”. El existencialismo sartriano es
radicalmente ateo. Apela a la acción y a laresponsabilidad, ya que
nuestras acciones afectan a los demás. Defiende la autenticidad que
consiste en ejercer la libertad en lugar de seguir la corriente para
evitar la toma de decisiones comprometidas. Sin embargo, la libertad
tiene otra faceta: La apertura a lo indeterminado que produce
angustia y puede conducir a la náusea y a la vergüenza.
Determinismo
ético.
Las
teorías deterministas sostienen que el hombre no es libre porque
nuestras decisiones y actos están causalmente determinados por
factores biológicos, psicológicos y/o sociales. Tal vez el ejemplo
más claro de determinismo ético sea el conductismo de Skinner.
Skinner,
desde el ámbito de la psicología, propuso la teoría conductista
según la cual la interacción entre el sujeto y su entorno determina
el comportamiento. Basándose en la realización de diversos
experimentos en los que estudió la reacción de los individuos ante
distintos estímulos biológicos, físicos y sociales, Skinner afirmó
que la conducta podía orientarse y condicionarse mediante el uso de
refuerzos positivos y negativos (condicionamiento clásico y
condicionamiento operante). En su opinión, si todos los factores se
pudieran controlar, sería posible moldear al ser humano mediante una
ciencia de la conducta.
La
responsabilidad como fundamento de la moral.
Existen
diferentes usos del término responsabilidad que conviene distinguir.
En este sentido, resulta útil apuntar la distinción de Max Weber
entre dos diferentes concepciones acerca de la orientación de la
acción. Weber diferenció entre dos tipos de ética, a las que llamó
la ética de las convicciones y la ética de la
responsabilidad.
Para
la ética de las convicciones existen principios universales de la
acción moral, como son la igualdad, la justicia o la solidaridad. Al
actuar debemos guiarnos por estos principios sin tener en cuenta las
consecuencias. En cambio, la ética de la responsabilidad afirma que
en lugar de guiarnos por principios universales e inamovibles, lo que
debemos hacer es atender a las consecuencias que tendrá nuestra
acción en cada caso concreto.
Karl-Otto
Apel desarrollará posteriormente una teoría de la responsabilidad
basada en su concepción discursiva de la ética. Esta posición es
una reformulación del deontologismo kantiano, según la cual es
preciso incluir en la reflexión ética una atención a la justicia,
la felicidad y la responsabilidad. Esto es algo que Kant evitó
hacer, pero es necesario porque no sólo debemos tratar de ser buenas
personas, sino que además es preciso garantizar una buena vida para
todos los seres humanos. Según Apel, que en esto tiene la misma
opinión que Habermas, la fundamentación de las normas debe proceder
del diálogo y el consenso, tratando de acercar posturas divergentes
(ética dialógica).
La
ética debe, además, atender a las consecuencias del desarrollo
científico-técnico desde la responsabilidad. Este tema es
complicado porque no se pueden plantear principios universalmente
válidos, sino que es necesario analizar las situaciones concretas
caso por caso mediante el diálogo y el consenso.
Hans
Jonas elaboró una ética de la responsabilidad centrada en el
estudio de las nuevas situaciones a las que nos ha llevado el moderno
desarrollo científico y técnico. Existen múltiples incertidumbres
y amenazas para nosotros, para la naturaleza y para las generaciones
futuras que es preciso tener en cuenta. Los antiguos sistemas éticos,
basados en la justicia y la solidaridad, sólo sirven para el ámbito
de lo cercano. Sólo se ocupan de las relaciones entre los seres
humanos, sin considerar que las relaciones con la naturaleza también
deben formar parte de la acción moral. Hoy en día, la
responsabilidad ante la naturaleza y ante las generaciones futuras
debe ser la base de nuestra reflexión ética. Jonas propone el
siguiente imperativo: “Obra de tal modo que los efectos de tu
acción sean compatibles con la permanencia de una vida humana
auténtica en la Tierra.”
CUESTIONES.
1. ¿Sabrías explicar cuál es la diferencia entre ley,
moral y ética? Explica tu respuesta con ejemplos concretos.
2. ¿Cuál es la diferencia entre una ética teleológica
como la de Aristóteles y una ética deontológica como la de Kant?
Explica tu respuesta.
3. Habitualmente se han ofrecido distintas
fundamentaciones de las normas morales. Explica en qué consisten y
en qué se distinguen unas de otras poniendo ejemplos concretos.
4. ¿A qué nos referimos cuando hablamos de libertad
negativa y libertad positiva? ¿Podrías poner algún ejemplo para
distinguir estos dos sentidos de la libertad?
5. ¿Están todos los filósofos de acuerdo en admitir
que los seres humanos somos libres? Explica tu respuesta. ¿Y tú qué
opinas sobre este tema?
6. ¿Sabrías exponer las ideas principales de la ética
kantiana? ¿Recuerdas en qué consiste el “imperativo categórico”
formulado por Kant?
7. ¿Qué es lo que propone el existencialismo de
Sartre? ¿Por qué decía este autor que “estamos condenados a ser
libres”?
8. ¿En qué consiste el emotivismo moral de Hume?
¿Recuerdas en qué se basaba Hume para criticar la “falacia
naturalista”? Explica tu respuesta.
9. ¿Por qué suele decirse que Skinner es determinista?
¿Qué es lo que pensaba este autor acerca de la conducta humana?
¿Estás de acuerdo con él? Razona tu respuesta
10. Explica en qué consiste la propuesta ética de
Hans Jonas. ¿Te parece pertinente su planteamiento?
UD.
9. TEORÍAS ÉTICAS. LA FELICIDAD Y LA JUSTICIA.
OBJETIVOS.
– Reconocer las principales teorías éticas
eudemonistas, identificando en cada una de ellas el fin que
consideran como bien supremo.
– Enunciar las ideas de la ética aristotélica,
prestando especial atención a su teoría sobre las virtudes.
– Explicar a grandes rasgos las propuestas
fundamentales de las escuelas éticas helenísticas: Cínicos,
epicúreos y estoicos.
– Describir las ideas básicas del utilitarismo,
distinguiendo la visión individualista y cuantitativa de Bentham de
la propuesta social y cualitativa de Stuart Mill.
– Conocer las ideas de la ética tomista, prestando
especial atención a su concepción de la justicia.
– Explicar la propuesta fundamental del intuicionismo
de Max Scheler y su teoría de los valores.
– Exponer los fundamentos de la teoría de la justicia
propuesta por John Rawls.
– Comprender las ideas básicas de la ética
discursiva y dialógica de Habermas.
CONTENIDOS.
La
ética de Aristóteles.
Para
Aristóteles el hombre es un animal racional y un ser social. La
ética y la política van unidas, puesto que el bien humano es un
bien común que sólo puede alcanzarse en la sociedad. Según
Aristóteles, la reflexión ética tiene como fin alcanzar una vida
buena. Las teorías como ésta, que identifican la vida buena con la
felicidad se denominan eudemonistas. Son éticas materiales, de
fines, pues entienden la felicidad como la posesión de un bien
determinado.
El
bien supremo al que tienden las acciones humanas es la felicidad. Los
bienes que proporcionan felicidad no son ni el placer ni el honor ni
el dinero, sino el uso de la razón. Pero para poder ejercer la
actividad racional hace falta disponer de un bienestar material
básico y de la tranquilidad proporcionada por la vida en común. Por
eso la familia y la ciudad son el ámbito natural en el que el hombre
puede alcanzar la felicidad.
Para
Aristóteles existen dos tipos de virtudes: Las éticas y las
intelectuales (dianoéticas). Las virtudes intelectuales tienen que
ver con el uso teórico de la razón. Según Aristóteles las
virtudes intelectuales son dos: Sabiduría y prudencia. Por otra
parte, las virtudes éticas son las relacionadas con nuestras
acciones. Están basadas en el hábito y en la costumbre. Consisten
en elegir el punto medio entre dos extremos, y sirven para orientar
nuestra conducta hacia el bien. Por ejemplo, en lo relacionado con el
uso del dinero, conviene actuar de forma equilibrada, evitando gastar
demasiado como haría un derrochador o gastar muy poco, como haría
un tacaño. Lo adecuado es gastar lo justo, siendo generoso. Es
importante recalcar que para Aristóteles uno no nace virtuoso sino
que se vuelve virtuoso practicando de forma habitual la virtud. Las
personas, con nuestras decisiones, somos los artífices de nuestra
felicidad.
Límites de la ética aristotélica.
La
ética de Aristóteles ha sido criticada por situar la felicidad en
un marco fundamentalmente social, menospreciando el papel del
individuo y de la naturaleza. Asimismo ha sido criticada por
prescindir del goce físico y del placer en su consideración del
bien.
Las
escuelas éticas helenísticas: Cínicos, estoicos y epicúreos.
La
situación política en el mundo helenístico propició el desarrollo
de un sentimiento individualista que, sin embargo, también implicaba
una reflexión sobre la universalidad del ser humano. En esta época
se desarrollan las teorías éticas tomando a la naturaleza como
modelo para la vida del hombre:
–Los cínicos: Entre ellos destacan Antístenes y
Diógenes de Sínope; buscan la virtud y la felicidad viviendo en
conformidad con la naturaleza. Desprecian el bienestar material y
rechazan las leyes y convenciones de la vida social. Aspiran a la
autarquía (autosuficiencia).
– Los estoicos: Entre los que cabe señalar a Zenón
de Citio, Crisipo, Séneca, Epícteto o Marco Aurelio; creen en unas
leyes naturales inexorables que rigen el destino del mundo y del
hombre. La ética debe basarse en aceptar estas leyes viviendo de
acuerdo con la naturaleza. Aspiran a alcanzar la apatía (control
racional de las pasiones y emociones) y la ataraxia
(imperturbabilidad de espíritu).
– Los epicúreos: Epicuro y Lucrecio; proponen una
ética hedonista basada en la búsqueda del placer y la evitación
del dolor, reivindicando la importancia de lo físico y lo corpóreo
en la felicidad. Aspiran a alcanzar la ataraxia.
Límites de las teorías éticas helenísticas.
Prescinden
del carácter social de la vida humana. Se trata de propuestas
individualistas marcadas por el subjetivismo.
El
utilitarismo.
El
utilitarismo es una corriente filosófica que surge a finales del
siglo XVIII en Inglaterra, con J. Bentham y J.S.Mill.
Los
utilitaristas identifican la felicidad y la justicia con la obtención
del mayor bien posible para el mayor número de personas (utilidad o
beneficio). El objetivo es lograr el mayor excedente de bien sobre el
mal, entendiendo el bien como la obtención de placer y la evitación
del dolor.
Para
Bentham el interés general se mide por la suma de los intereses
individuales. Es preciso, por tanto, contabilizar el bien mediante un
cálculo de los placeres que mida su intensidad, su duración y sus
efectos sobre el número de personas implicadas. Sin embargo, este
cálculo presenta numerosos problemas.
J.S.Mill
criticará el utilitarismo de Bentham y lo sustituirá por un
utilitarismo social, en el que además se considere la importancia de
los placeres intelectuales y no sólo de los físicos.
En
general, pueden distinguirse dos grandes planteamientos acerca del
utilitarismo. En el utilitarismo del acto lo que se considera
bueno son las acciones capaces de producir el mayor excedente posible
de bien. Para el utilitarismo de la norma, lo relevante es
disponer de reglas capaces de orientar nuestra conducta y de producir
bien en la sociedad.
Límites
del utilitarismo.
Es
difícil medir los placeres y los dolores. No hay acuerdo acerca de
cuál es su escala de prioridades, ni sobre cuáles son los placeres
más estimables. El principio de utilidad parece además insuficiente
para guiar nuestras acciones, puesto que es preciso considerar además
el principio de la justicia. En las teorías más actuales tiende a
pensarse que el principio de utilidad debe ser complementado con un
principio de justicia. La justicia, entendida como una dimensión del
orden social, es una condición necesaria para la vida buena. La
ética, por tanto, debe relacionarse estrechamente con la filosofía
política (tal y como ya habían planteado los filósofos de la
Grecia clásica).
La
ética en Santo Tomás de Aquino.
Santo
Tomás creía que existía una ley natural que regulaba el adecuado
funcionamiento de todas las cosas según su propia naturaleza. Esta
ley natural, que en última instancia deriva de Dios, puede ser
conocida por la razón humana. Las leyes humanas (que son leyes
positivas) sólo serán válidas si respetan los mandamientos de la
ley natural establecida por Dios. En el caso del hombre, la ley
natural incluye tres preceptos fundamentales:
– El ser humano es una sustancia, y como tal tiende a
seguir existiendo.
– En segundo lugar, el ser humano es un animal, por lo
que tiende a formar una familia y a tener descendencia.
– En tercer lugar, el ser humano es un ser racional,
por lo que tiende a vivir en sociedad y a usar su inteligencia para
conocer la verdad.
Estas
tres tendencias son naturales y marcan lo que el hombre debe hacer
para actuar de acuerdo con su naturaleza.
La
justicia para Santo Tomás (como para Aristóteles) consiste en darle
a cada uno lo que le corresponde. Se trata de una virtud que surge de
la relación con los demás, por lo que su análisis va más allá de
la ética y tiene una dimensión política. Para santo Tomás, como
antes para Aristóteles, el ser humano es social por naturaleza.
El
bien común de la sociedad está siempre por encima del bien
individual. Los individuos tienen derecho a recibir de la sociedad
los bienes que precisan, pero también tienen obligaciones con los
demás.
La
justicia general o legal (equiparable a la ley) regula el modo en que
cada cual debe asumir su responsabilidad con la sociedad. Esta
justicia general alcanza por igual a todos los miembros de la
sociedad.
Por
otro lado, la justicia particular regula los derechos de cada cual
frente a los demás.
Esta
justicia particular puede ser, a su vez, conmutativa o distributiva.
La justicia conmutativa regula los intercambios y está basada en el
equilibrio entre lo que se da y lo que se toma. La justicia
distributiva se aplica en los repartos y está basada en criterios
como el mérito o la necesidad que tratan de aplicar un principio de
equidad.
La
justicia necesita de la autoridad para velar por su correcta
aplicación. La ética, así, queda supeditada a la política (como
ocurría en el pensamiento de Aristóteles).
Límites
de la ética tomista.
El
bien supremo para Santo Tomás es la armonía del hombre con la ley
divina, por lo que las leyes humanas están en un segundo plano
frente a la ley de Dios.
La
ética de los valores de Max Scheler.
Max
Scheler es un filósofo alemán que vivió a finales del siglo XIX y
comienzos del siglo XX. Se centró en el estudio de los valores que
fundamentan, según él, la acción ética. Scheler critica a las
éticas teleológicas que orientan las acciones humanas a la búsqueda
de un bien determinado del cual se derivan los valores. El
utilitarismo, por ejemplo, parte del principio subjetivo de utilidad
para establecer una escala de valores.
Para
Scheler los valores no son creados por el hombre sino que son
objetivos e independientes de los bienes a los que puedan acompañar.
El ser humano puede conocer los valores mediante una intuición
emocional. Así, Scheler plantea una crítica radical al relativismo
ético.Los valores, según Max Scheler, se caracterizan por dos
rasgos: Son bipolares (cada valor lleva asociado un contravalor) y
son jerárquicos (están organizados según su importancia). Scheler
distingue los valores morales de otros tipos de valores, como los
científicos o los estéticos. A diferencia de otros, los valores
morales sólo pueden atribuirse a acciones humanas y se nos presentan
como obligatorios y necesarios.
La
teoría de la justicia de John Rawls.
La
aportación más importante de Rawls es su teoría de la justicia.
Para Rawls, la justicia debe regular tanto los derechos y deberes de
los individuos como el modo en que se organiza la cooperación
social. Una sociedad justa debería garantizar a todos el mismo
tratamiento ante la ley, las mismas oportunidades y el mismo apoyo
según sus necesidades. Los principios de justicia deben ser públicos
y universales, así como imparciales y desinteresados.
Rawls
plantea una situación hipotética en la que los hombres prescindan
de las características asociadas a su posición particular para
elaborar leyes de validez general desde una “posición original”
caracterizada por un “velo de ignorancia”. En esta situación
deberíamos procurar que los bienes sociales primarios (libertades
cívicas, oportunidades sociales, renta y riquezas…) alcancen
equitativamente a todos los miembros de la sociedad. Estos bienes
sociales deben distribuirse por igual a menos que una distribución
desigual pueda ser ventajosa para los más desfavorecidos.
El
Estado debe actuar siguiendo los dictados de los principios de la
justicia. Pero además debe respetar las libertades básicas
(libertad política, libertad de conciencia y de expresión, libertad
de propiedad y libertad ante el arresto o la incautación
arbitrarios).
La
teoría de la comunidad ideal de diálogo de Jürgen Habermas.
Habermas
critica la idea de la “posición original” de Rawls porque la
considera utópica y políticamente irrealizable en nuestras
sociedades. Habermas propone una ética discursiva centrada en un
diálogo entre las partes implicadas que se base en los principios de
libertad, validez y simetría. Esta “comunidad ideal de diálogo”,
dando voz a todas las partes, debería crear las normas mediante la
utilización de la palabra y el consenso. De aquí pueden surgir
normas intersubjetivas y universales, pero que pueden ser revisadas y
mejoradas en el futuro si se considera oportuno.
CUESTIONES.
1. ¿Sabrías explicar en qué consiste una ética
eudemonista? ¿En qué se diferencian las éticas eudemonistas de la
ética formal kantiana?
2. ¿Cuál es el objetivo último de la vida humana,
según Aristóteles? ¿Cómo creía que podía lograrse este
objetivo? Explica tu respuesta.
3. ¿Qué diferencia establece Aristóteles entre las
virtudes éticas y las dianoéticas? ¿En qué consisten estas
virtudes? Aclara tu contestación con ejemplos concretos.
4. ¿En qué consistía la propuesta ética de los
cínicos? ¿Cuál era la máxima aspiración para estos filósofos?
5. ¿Qué es el estoicismo? ¿En qué consiste su
propuesta ética? Explica tu respuesta.
6. ¿Qué es lo que caracteriza a la ética epicúrea?
¿Por qué se denomina hedonista a esta ética? ¿Cuál era la
aspiración de estos filósofos?
7. ¿Sabrías explicar lo que es el utilitarismo? Expón
la diferencia que hay entre el utilitarismo de J. Bentham y el de J.
S. Mill.
8. La ética de Santo Tomás introduce una reflexión
sobre la justicia en la que se distinguen la justicia general y la
particular. ¿En qué se diferencian?
9. ¿Cuál es la idea principal en la ética de Max
Scheler? ¿Cuál era la teoría que pretendía combatir con esta
propuesta?
10. Expón brevemente las ideas fundamentales de la
teoría de la justicia que propone John Rawls.
11. ¿Está Habermas de acuerdo con la teoría de la
justicia de Rawls? ¿En qué se basa la propuesta ética de
Habermas? Explica tu respuesta.
UD.
10. ORIGEN Y LEGITIMIDAD DEL PODER POLÍTICO.
OBJETIVOS.
– Distinguir entre las teorías naturalistas y
contractualistas sobre la sociedad humana.
– Definir los conceptos de Estado, sociedad, poder y
legitimidad.
– Analizar las diversas teorías acerca de la
legitimidad del poder político (según su origen, según sus fines y
según las formas de dominio).
– Describir la visión hobbesiana del estado de
naturaleza y el origen de la sociedad.
– Enunciar las líneas principales del pensamiento
político de Locke, prestando atención a su énfasis en la
existencia de una ley natural y en la importancia de que los
gobernantes estén bajo el imperio de la ley.
– Describir el planteamiento de Rousseau acerca del
estado de naturaleza y del contrato social, distinguiendo su
perspectiva de la hobbesiana.
– Explicar cuáles son los rasgos que deben
caracterizar un sistema político democrático.
CONTENIDOS.
El
ser humano como ser social.
El
ser humano necesita a la sociedad para desarrollar sus capacidades
como persona, como ilustran los pocos casos que se conocen de
personas que han sobrevivido aisladas y en estado salvaje. El hombre
se convierte en humano mediante un proceso de aprendizaje social
mediado por el lenguaje.
Existen
dos posturas contrapuestas a la hora de explicar el origen de la
sociabilidad humana. Para algunos filósofos como Aristóteles o
Santo Tomás el ser humano es social por naturaleza. El carácter
social está inscrito en la propia constitución de la persona. La
sociedad es el lugar natural para el ser humano.
Para
otros, como Hobbes, Locke o Rousseau, el ser humano creó la sociedad
mediante un acuerdo. La vida en sociedad no es natural, sino que es
producto de una construcción artificial.
Sea
cual sea su origen, la sociedad tiene como finalidad satisfacer una
serie de problemas básicos para las personas: obtener alimentos y
recursos, garantizar la seguridad… Para resolver estas cuestiones
las sociedades humanas se han organizado de diversas formas: En
tribus, en organizaciones arcaicas basadas en la agricultura y la
esclavitud, en organizaciones feudales, en el sistema capitalista
burgués…
El
poder político y el Estado.
Denominamos
poder a la capacidad que tienen ciertos individuos en la
sociedad para dirigir las acciones de los demás, tomando decisiones
que afectan a la colectividad y obligando a obedecer las indicaciones
que dan.
Para
muchos filósofos, desde la Grecia clásica, el poder político
implica la dominación de unos individuos sobre otros. Aristóteles,
por ejemplo, estableció una clasificación de las formas de
organización política basándose en este criterio.
El
Estado puede definirse, según Max Weber, como una institución que
posee el monopolio del uso legítimo de la fuerza dentro de un
territorio.
Existe
una perspectiva alternativa según la cual es posible crear formas de
organización política que no estén basadas en el dominio de unos
hombres sobre otros. De acuerdo con esta visión, el poder político
debe fundarse en el dominio de la ley. Aquí el poder político
consiste en la capacidad que tienen los individuos para establecer y
aceptar leyes, así como para nombrar a quienes deben garantizar su
cumplimiento. Este modelo de organización política se basa en la
obediencia a la ley y en el respeto a la autoridad otorgada a los
representantes del grupo designados por la colectividad.
Al
analizar las formas de organización política es preciso distinguir
los conceptos de poder (ligado a la idea de autoridad) y violencia
(relacionado con la idea de fuerza y coacción). Un poder legítimo
no puede descansar en el mero uso de la violencia, sino que debe
contar con el reconocimiento de todos los individuos. Del mismo modo,
el uso de la fuerza, para ser legítimo, debe estar dirigido a
defender los valores compartidos por la sociedad.
La
legitimidad del poder político.
La
fuerza y la violencia ejercidas por el Estado no bastan para
garantizar la obediencia de todos los miembros de la sociedad. Es
preciso que los individuos acepten a las personas que ejercen el
poder. Sin embargo, en una sociedad sólo ciertas personas obtienen
el reconocimiento social necesario para ejercer el poder político
con legitimidad.
El
fundamento de la legitimidad política puede entenderse de tres
maneras diferentes:
– Dependiendo de su origen. Según esta
postura, el derecho a gobernar de un individuo proviene de su
relación especial con la divinidad, de sus excepcionales
características personales o de la tradición vigente en una
sociedad.
– Dependiendo de los fines. Según esta
postura, el poder político es legítimo cuando la comunidad se
identifica con los fines que persiguen los individuos que tienen el
poder. Esta es la postura de los filósofos griegos clásicos. Para
Platón el objetivo del poder político es garantizar la felicidad de
todos y la justicia, por lo que el gobierno más justo sería el
dirigido por los sabios filósofos. Para Aristóteles un gobierno
justo debe procurar el bien de la comunidad. Por eso existen
distintas formas de gobierno legítimo (monarquía, aristocracia y
democracia) e ilegítimo (tiranía, oligarquía, demagogia).
– Dependiendo de las formas de dominio. Para
Max Weber existen tres formas diferentes de legitimidad: La
carismática, la tradicional y la legal. En las modernas sociedades
occidentales prevalece la última forma de legitimación
racional-legal.
Las
teorías del contrato.
Las
teorías del contrato, surgidas en los siglos XVII y XVIII,
consideran que el origen del Estado proviene de un hipotético
acuerdo establecido por los seres humanos que previamente se
encontraban en un estado de naturaleza anterior a cualquier tipo de
orden social.
El
contrato postulado por estas teorías es hipotético. No pretende
afirmar su validez histórica, sino que lo utiliza como justificación
de una forma de organización social que se considera artificial y
convencional. Todas estas teorías coinciden en afirmar la autonomía
del individuo y la existencia de derechos dependientes de la
racionalidad humana. Además, defienden el antropocentrismo frente a
la concepción teocrática del poder característica de épocas
anteriores.
Thomas
Hobbes consideraba que el ser humano en su estado de naturaleza es
egoísta y vive en guerra con los demás hombres por su
supervivencia. En estas condiciones la vida humana es precaria,
breve, solitaria e insegura. Por eso surgió la necesidad desuperar
este estado mediante un acuerdo en virtud del cual todos se someten a
un único poder supremo y renuncian a la guerra de unos contra otros.
Este es según Hobbes el origen de la sociedad civil y del Estado. El
soberano, en este modelo, crea las leyes y las hace cumplir, aunque
él está por encima de las leyes porque posee el poder supremo. La
legitimidad del soberano estriba en su capacidad para proporcionar
seguridad a sus súbditos, por lo que si no es capaz de cumplir este
cometido puede ser depuesto.
John
Locke –por su parte– creía que el ser humano está dotado de
derechos naturales que son válidos incluso en el estado de
naturaleza. Todos los hombres deben respetar la vida, la salud y las
propiedades de los demás. Sin embargo, como no todos los hombres
cumplen esta obligación, fue necesario establecer un acuerdo para
organizar la vida en común. Locke piensa que el poder del Estado no
es absoluto, sino que debe respetar las leyes. Para ello propone
separar el poder legislativo del ejecutivo. Esta teoría fue
desarrollada posteriormente por Montesquieu, que defendió la
necesidad de separar los poderes ejecutivo, legislativo y judicial.
Jean-Jacques
Rousseau –por último– pensaba que el ser humano en su estado de
naturaleza era bondadoso y feliz. La creación de la sociedad
instituyó la propiedad privada, que hizo surgir la envidia y la
codicia creando enfrentamientos entre los hombres. Por eso se hace
necesario establecer un acuerdo que haga imperar la justicia. Este
contrato social debe basarse en la voluntad general, y no supone
ninguna renuncia porque los hombres antes de unirse en sociedad
carecen de derechos. Las leyes, democráticamente establecidas por la
voluntad popular obtienen así el rango de leyes universales e
inalienables.
La
legitimidad democrática.
La
democracia es una forma de gobierno en la que el poder pertenece al
conjunto de los individuos que integran la sociedad. Todos los
individuos son políticamente iguales, por lo que tienen los mismos
derechos y deberes.
Un
sistema democrático se basa en el principio de igualdad general, que
se concreta en varios principios básicos: La igual dignidad de todos
independientemente de su condición, la igualdad en las posibilidades
de actuación política (isegoría) y la igualdad de todas las
personas ante la ley (isonomía).
El
ejercicio directo de la democracia asamblearia, tal y como se
practicaba en la Atenas de Pericles, sería inviable hoy en día. Por
esta razón las democracias contemporáneas disponen de instituciones
representativas. Lo que se legitima en los modernos sistemas
democráticos es la organización de estos mecanismos de poder.
Para
que un Estado pueda ser considerado democrático debe satisfacer una
serie de requisitos: Una Constitución presidida por el principio de
igualdad, cargos públicos electos, elecciones libres y frecuentes,
división de poderes (ejecutivo, legislativo y judicial deben estar
separados y actuar de forma independiente), libertad de expresión y
acceso a la información, y transparencia en la gestión.
CUESTIONES.
1. ¿Cuáles son las dos posturas fundamentales acerca
del origen de la sociabilidad humana? Explica en qué se diferencian,
refiriéndote también a aquellos pensadores que han apoyado cada una
de estas dos teorías.
2. ¿En qué se distinguen las formas de organización
tribal, arcaica, feudal y capitalista? ¿Crees que han existido otras
formas diferentes de organización social a lo largo de la historia?
¿Cuáles de estas formas de organización social siguen existiendo
hoy en día? Explica tu respuesta
3. ¿Cuáles son las distintas formas de gobierno que
distingue Platón? ¿Cuál de ellas le parece más adecuada?
4. ¿Cuáles son las distintas formas de gobierno según
la clasificación de Aristóteles? ¿Cuál de ellas le parece más
adecuada?
5. Explica en qué consiste la teoría de Weber acerca
de la legitimidad política.
6. ¿Cuál es para Hobbes el origen de la sociedad?
¿Cómo se imaginaba Hobbes el estado de naturaleza previo a la
constitución de la sociedad? Explica tu respuesta.
7. ¿Qué es lo que caracterizaba según Locke el estado
de naturaleza anterior a la sociedad? ¿Por qué insistía Locke en
que el poder del Estado no es absoluto? Explica tu respuesta
8. ¿Cómo es el estado de naturaleza según Rousseau?
¿En qué consiste el contrato social según Rousseau? Explica tu
respuesta.
9. ¿Cuáles son los rasgos principales que deben
caracterizar un sistema democrático en la actualidad? ¿Crees que
todos estos rasgos se presentan claramente en nuestra democracia?
Explica tu respuesta
10. Define los siguientes términos filosóficos:
Sociedad, Estado, Dominio, Legitimidad.
UD.
11. LA CONSTRUCCIÓN FILOSÓFICA DE LA CIUDADANÍA.
OBJETIVOS.
– Conocer los rasgos fundamentales de la ciudadanía
en la antigua Grecia y en Roma.
– Describir la condición del sujeto político durante
la Edad Media.
– Valorar la aparición de la ciudadanía moderna en
relación con las reacciones anti-absolutistas y liberales.
– Distinguir las nociones actuales de ciudadanía y
nacionalidad.
– Analizar la fundamentación filosófica de los
derechos humanos, valorando críticamente las distintas críticas que
ha recibido esta fundamentación a lo largo del tiempo.
– Apreciar la importancia de la autonomía y del
cultivo de las virtudes cívicas en las democracias contemporáneas.
CONTENIDOS.
La
ciudadanía en la Antigüedad.
Llamamos
ciudadanos a los individuos que se convierten en sujetos activos de
la sociedad mediante la participación en la vida pública. La
ciudadanía es un instrumento de autonomía y convivencia que permite
a las personas darse a sí mismas las leyes y resolver las posibles
contradicciones políticas de la sociedad.
En
la Antigüedad existía una confusión entre lo social y lo político
porque no había una distinción clara entre la esfera pública y la
privada. El hombre era considerado siempre como miembro de su
comunidad, y su participación era esencial en el plano militar,
institucional y religioso. Los intereses personales estaban por tanto
subordinados a la vida en común.
En
la Atenas del siglo V a.C. se desarrolló una democracia asamblearia
en la que podían participar todos los varones atenienses mayores de
edad, y con el servicio militar (dos años) cumplido. La ciudadanía
implicaba derechos como el de participar en la asamblea o el de ser
elegido como magistrado. Pero también suponía deberes, como el pago
de los impuestos o el servicio militar. Tanto Platón como
Aristóteles reflexionaron en su filosofía sobre cuál debería ser
la mejor forma de organización política.
En
la Roma republicana existía una marcada diferencia entre los
patricios y los plebeyos. La ciudadanía fue confiriendo algunos
derechos a los plebeyos, que les permitieron participar de forma
limitada en la organización política. En la Roma imperial la
ciudadanía fue abandonando su significado participativo para
transformarse en un estatus personal que garantizaba ciertos
privilegios e inmunidades a quien la poseía.
La
ciudadanía en la Edad Media.
Tras
el hundimiento del Imperio Romano de Occidente en el siglo V d.C.,
Europa se dividió en diversos reinos y se modificó radicalmente la
organización política de la sociedad.
En
la Europa medieval la base del orden social era el nacimiento, que
establecía grandes diferencias entre los distintos estamentos
sociales. En esta época no hay realmente un espacio público, sino
un orden social jerárquico que culmina en la figura del rey; la
sociedad estamental del medievo se compara con un cuerpo.
Habitualmente se distinguía en la sociedad feudal entre tres
estamentos: El de la nobleza, el del clero y el del pueblo llano.
En
la Edad Media los individuos eran súbditos porque estaban sometidos
al orden feudal de la sociedad. El valor de un ser humano como
persona en la Edad Media no dependía de su autonomía individual,
sino de su pertenencia a una comunidad política o religiosa. Sin
embargo, los derechos y deberes de los vasallos estaban determinados
mediante una cierta forma de contrato que reconocía en cierto modo
la individualidad de las partes. La situación de los siervos, por el
contrario, era de sometimiento total al señor del que dependían.
La
ciudadanía en el mundo moderno.
Los
modernos Estados Europeos comenzaron a constituirse en la época del
Renacimiento. Mediante la afirmación del principio de soberanía se
estableció que el príncipe ostentaba la autoridad máxima sobre el
reino. Esta autoridad fue consolidándose mediante la unificación
jurídica y territorial, así como con la creación de un ejército
permanente y de un sistema de administración centralizado.
Desde
el siglo XV hasta el siglo XVIII en Europa predomina el absolutismo.
El rey tiene el poder absoluto y afirma que su autoridad es de origen
divino. Los individuos quedan reducidos a su condición de súbditos.
El
absolutismo generó un movimiento de oposición que defendía la
tolerancia y la libertad individual frente al poder ilimitado del
monarca. Los pensadores de la Edad Moderna fueron progresivamente
afirmando que los individuos poseen derechos innatos basados en su
naturaleza humana que les hacen iguales y libres. Algunas de estas
ideas fueron desarrolladas en el derecho de gentes elaborado
por los representantes de la escuela de Salamanca, Francisco de
Vitoria y Francisco Suárez.
Posteriormente,
el pensamiento de filósofos como Locke o Montesquieu contribuyó a
elaborar una concepción democrática de la ciudadanía. Estas ideas
condujeron a las revoluciones burguesas del siglo XVIII que
suprimieron el sistema estamental y establecieron parlamentos
representativos. Inspirándose en estos planteamientos, en 1776 se
proclamó la Declaración de Independencia de los Estados Unidos y en
1789 la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, en
Francia.
Desde
entonces el reconocimiento de los derechos individuales ha sido
incluido en las Constituciones de casi todos los Estados y ha sido
establecido solemnemente en importantes tratados internacionales. La
ciudadanía democrática se basa en el respeto a la dignidad y los
derechos de la persona, para garantizar un sistema político fundado
en la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político.
Fundamentos
de la ciudadanía.
La
concepción democrática de la ciudadanía necesita una
fundamentación filosófica que justifique los derechos y libertades
asociados a la vida en sociedad (derechos humanos). La ciudadanía
nació históricamente ligada al concepto de nación. La conciencia
nacional sustituyó a la organización estamental para crear un
sentimiento de pertenencia colectiva a una comunidad de ciudadanos
libres que participan políticamente en la sociedad,
independientemente de sus rasgos étnicos.
Las
modernas sociedades democráticas reconocen en la Constitución la
importancia de la participación y de la comunicación como
fundamento de la convivencia y de la autonomía colectiva. Los
ciudadanos son libres de participar en la vida política, aunque la
democracia no puede forzar a nadie a hacerlo obligatoriamente.
Los
derechos humanos y su fundamentación filosófica.
Las
distintas formas de vida democrática basan su legitimidad en los
derechos humanos. Hoy en día los derechos humanos gozan de un
reconocimiento general (aunque a veces sólo formalmente). Se recogen
en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y entre ellos
cabe destacar los derechos civiles, los derechos políticos
y los derechos económicos, sociales y culturales. Estos
derechos se consideran imprescriptibles, inalienables, irrenunciables
y universales.
La
cuestión de la fundamentación filosófica de los derechos humanos
es mucho más controvertida. Existen propuestas para justificar los
derechos humanos desde muchas perspectivas distintas:
– Positivismo jurídico: Los Derechos Humanos son una
creación humana que sólo tiene valor si está reconocida en la
legislación vigente.
– Pragmatismo: No existe una justificación última de
los Derechos Humanos, lo relevante es si las leyes que los recogen
consiguen que se cumplan.
– Deliberacionismo: Aunque los Derechos Humanos no son
naturales, sí que son universales por ser el resultado de un proceso
de diálogo basado en el reconocimiento histórico de necesidades
generalizables.
– Iusnaturalismo: Existe una ley universal natural que
justifica los Derechos Humanos y que es previa a las leyes positivas
creadas por el hombre.
– Axiologismo: Los Derechos Humanos se basan en la
dignidad de la persona que sólo puede garantizarse afirmando los
valores de la libertad, igualdad, seguridad y solidaridad. Estos
valores son absolutos e independientes de la sociedad.
No
obstante lo dicho, conviene saber que también se han formulado
críticas a los derechos humanos desde diferentes posturas:
– Puede criticarse su universalismo, que pretende
extender a todas las culturas una creación propia de la moral
occidental.
– Puede criticarse su abstracción al considerar que
el sujeto de los Derechos Humanos es un ser inexistente y genérico
al que se denomina “el hombre”. Lo que existe en realidad son
personas concretas y ciudadanos específicos que se distinguen por su
posición y que disponen de derechos y deberes bien diferenciados
según su situación.
– Puede criticarse su individualismo, ya que los
Derechos Humanos han sido creados en la sociedad occidental
individualista. Existen otras culturas menos individualistas que
consideran inapropiado el excesivo énfasis en el interés
individual que resaltan los Derechos Humanos.
Subjetividad
y moralidad ciudadana.
La
fortaleza de la democracia está asociada a la implicación de los
ciudadanos mediante la participación responsable en la vida pública.
Para ello es preciso que el ciudadano se comporte como un sujeto
activo, reflexivo y responsable.
Las
virtudes cívicas que caracterizan a un buen ciudadano están muy
relacionadas con los valores generalmente aceptados en las
democracias modernas: Seguridad, libertad, igualdad y solidaridad.
Entre
las virtudes cívicas más relevantes cabe destacar las siguientes:
Tolerancia, respeto y reconocimiento de los demás, valentía cívica
para pronunciarse a favor de las causas justas, solidaridad con los
demás, prudencia en la aplicación de las normas, participación en
la vida pública, capacidad de juzgar, memoria compasiva…
CUESTIONES.
1. ¿En qué consistía la ciudadanía en la Atenas de
Pericles? ¿A qué ámbitos se extendía la participación ciudadana?
¿Qué derechos y deberes tenían los ciudadanos atenienses?
2. ¿Qué significaba la ciudadanía en la antigua Roma?
3. ¿Cuál es la idea predominante acerca del sujeto
político en la Edad Media? Explica tu respuesta.
4. ¿Qué relación tiene el liberalismo
anti-absolutista con el concepto de ciudadanía en la Edad Moderna?
Explica tu respuesta.
5. ¿Podríamos decir que “ciudadanía” y
“nacionalidad” son equivalentes en el mundo actual? Aclara tu
respuesta con ejemplos concretos.
6. Existen numerosas teorías distintas acerca de la
fundamentación de los derechos humanos. Expón algunas de ellas,
aclarando en qué consiste su propuesta.
7. ¿En qué se diferencia el positivismo jurídico del
iusnaturalismo? ¿Qué importancia tiene esta distinción cuando
estamos hablando de los Derechos Humanos?
8. Los derechos humanos también han recibido críticas
filosóficas. ¿En qué consisten estas críticas? ¿Crees que los
argumentos planteados por estas críticas son dignos de atención?
Explica tu respuesta.
9. ¿Tú crees que los Derechos Humanos son válidos
para todas las personas en todos los países y en todas las culturas?
Explica tu respuesta argumentando adecuadamente tu postura.
10. ¿En qué consisten las “virtudes cívicas”?
¿Por qué son tan importantes para la democracia actual? Explica tu
respuesta.
UD.
12. EL ESTADO DEMOCRÁTICO DE DERECHO.
OBJETIVOS.
– Conocer los rasgos que acompañan el nacimiento de
los Estados modernos.
– Conocer las características de la democracia
ateniense en tiempos de Pericles.
– Enunciar los criterios básicos que debe satisfacer
un sistema político actual para poder ser considerado democrático.
– Explicar el significado que tiene la expresión
“Estado social y democrático de Derecho” en nuestra
Constitución.
– Describir el modo en que Locke y Montesquieu
justifican la necesidad de separar los poderes del Estado.
– Exponer la teoría del contrato social propuesta por
Rousseau.
– Explicar las ideas de Kant acerca del contrato en
que se funda la sociedad humana.
– Enunciar los riesgos fundamentales que percibe
Tocqueville para el futuro de la democracia y analizar su vigencia en
la actualidad.
– Describir el modo en que Habermas fundamenta el
sistema democrático en el deliberacionismo, relacionándolo con su
teoría de la acción comunicativa.
– Analizar el problema de la legitimidad de la acción
armada en defensa de la paz y de la seguridad, describiendo el modo
en que esta cuestión está recogida en nuestra Constitución.
CONTENIDOS.
Sociedad
y Estado.
El
Estado moderno tiene su origen histórico con la formación de las
naciones en Europa a finales de la Edad Media, aunque su
consolidación plena data del siglo XIX. La aparición del Estado
tuvo lugar en un momento de expansión económica en el que la
burguesía estaba incrementando su influencia social. En esa época
el poder religioso fue perdiendo la influencia que ejercía
anteriormente en los asuntos políticos, al mismo tiempo que el rey
consiguió prevalecer sobre la nobleza y establecer un dominio
consolidado sobre todo el territorio.
El
Estado actual se caracteriza por controlar un territorio delimitado
dentro del cual dispone del monopolio de la fuerza legítima. El
Estado ejerce un poder soberano sobre la población organizando la
convivencia mediante leyes y normas.
Un
Estado se denomina democrático cuando en él impera un Derecho libre
y democráticamente establecido. En el Estado democrático los
individuos son ciudadanos con acceso real a la participación
política y a la deliberación pública.
La
democracia en la Grecia antigua.
En
la democracia ateniense del siglo V a.C. las mujeres, los extranjeros
y los esclavos estaban excluidos de la participación. La democracia
en Atenas se caracterizaba por la isonomía y la isegoría. El
reconocimiento social no dependía del origen social sino del mérito.
Las leyes eran establecidas por la mayoría. Todos los ciudadanos
podían participaren el gobierno público. La participación se
consideraba una virtud y un deber cívico, que obligaba al ciudadano
a formarse un juicio autónomo mediante la deliberación.
Liberalismo
político y liberalismo económico.
El liberalismo surgió como una reivindicación de
garantías constitucionales y de derechos individuales, esto es, en
defensa de la libertad frente al absolutismo monárquico. Pronto, sin
embargo, pasó a convertirse en una doctrina acerca de la
organización económica. Hoy en día el término incluye ambas
dimensiones, por lo que es necesario siempre especificar a cuál nos
referimos.
– Liberalismo político se centra en la idea de
que los seres humanos deben ser libres para seguir sus propias
preferencias en asuntos religiosos, económicos y políticos, lo que
supone controles y límites al poder estatal.
– Liberalismo económico entiende el mercado
como mecanismo básico de coordinación y organización social. El
papel del Estado consiste en permitir que el mercado cumpla su
función de determinar los costes y los precios, y de distribuir
equitativamente los beneficios, sin pretender intervenir en él. El
Estado ha de garantizar, asimismo, el libre juego de la competencia.
Para la tradición liberal hay –o debe de haber–
una separación clara entre el Estado y la sociedad civil.
La
tradición socialista.
Si el interés de la tradición liberal se centraba en
la libertad individual, en la defensa ante los atropellos del
poder político, la tradición socialista –por su parte– se
propone establecer la igualdad material, defender condiciones
sociales y económicas iguales para todos.
Esta preocupación por las condiciones sociales conducen
al socialismo a controlar el mercado porque, aunque éste parece
responder a la libertad individual, de hecho, al no existir igualdad
de condiciones, oprime a unas personas frente a otras. El mercado no
entiende aspectos como la dignidad, el respeto o el reconocimiento
recíproco, sólo entiende de mercancías. De ahí que el objetivo
básico sea interferir en el mercado, y para ello los derechos de
propiedad y el control de los medios de producción y distribución
de riqueza deben estar en manos de la sociedad considerada como
totalidad (en definitiva, el Estado), y ser administrados en interés
de todos para asegurar la igualdad social. El Estado deja de ser un
simple árbitro o garante de la libertad para convertirse en el
representante del bien común.
El
Estado social y democrático de Derecho.
En
la época del absolutismo, cuando surgieron los Estados modernos, el
rey estaba al margen del control político porque en él residía la
soberanía. El Estado se convirtió en la fuente productora de normas
jurídicas, pero el rey quedaba por encima de las leyes. La evolución
posterior del Estado moderno ha conducido a la subordinación del
poder político a las normas, obligando así a los poderes del Estado
a cumplir también las leyes.
Hoy
en día, un Estado de Derecho debe cumplir tres principios
fundamentales:
– El imperio de la ley, que se extiende a todos los
ciudadanos y también a las instituciones y al gobierno.
– La división de poderes, que consiste en la
separación entre el legislativo, el ejecutivo y el judicial.
– El reconocimiento de los derechos y libertades
individuales.
Para
que un Estado sea considerado democrático hace falta garantizar la
participación ciudadana mediante el pluralismo y el sufragio
universal desde el reconocimiento de la soberanía popular. Las leyes
elaboradas de acuerdo con la voluntad popular deben además estar
orientadas por los valores de libertad, igualdad y justicia.
La
organización democrática de la sociedad es una tarea abierta e
inconclusa, continuamente sometida a debate. Algunos pensadores
señalan la importancia de los conflictos entre libertad e igualdad,
otros alertan frente a la amenaza que supone el totalitarismo para la
democracia, otros apuntan las insuficiencias de un sistema en el que
la participación es meramente formal…
Fundamentos
filosóficos del Estado democrático de Derecho.
En
los siglos XVI y XVII Maquiavelo y Hobbes establecieron las bases de
la ciencia política iniciando un estudio realista acerca del poder y
de las formas adecuadas para mantenerlo.
Estas
teorías fueron posteriormente criticadas por pensadores que
consideraban que la filosofía política además de estudiar cómo es
el poder también debería preocuparse por determinar cómo debería
ser.
– Locke afirmó la supremacía del
parlamentarismo sobre el absolutismo monárquico. Para Locke los
hombres son libres e iguales en su estado de naturaleza, situación
en la que gozan de ciertos derechos naturales. El contrato social
servirá para crear una comunidad que proteja la libertad y la
propiedad frente a la ambición y el egoísmo de unos pocos. Este
contrato implica delegar el poder en unos representantes que deben
ejercerlo al servicio del bien común, para lo cual es preciso
separar el poder ejecutivo del legislativo. Si los gobernantes
incumplen el pacto, los ciudadanos tienen derecho a desposeer al
gobierno del poder.
– Montesquieu combatió el absolutismo y
propuso la separación de los poderes ejecutivo, legislativo y
judicial.
– Rousseau, a diferencia de Hobbes, cree que el
hombre es un ser bondadoso por naturaleza. Es la sociedad, con la
creación de la propiedad privada, la que ha pervertido al hombre.
Como es imposible volver al estado de naturaleza, Rousseau considera
que es imprescindible establecer un contrato social para que el poder
se oriente por la “voluntad general”. El pueblo debe ser el único
soberano que ha de ejercer el poder mediante una democracia directa.
Los gobernantes sólo son agentes administrativos de la voluntad del
pueblo.
– Kant pensaba que los hombres tienen por un
lado una sociabilidad natural, pero por otro una tendencia al egoísmo
y el enfrentamiento (“la insociable sociabilidad humana”). Para
organizar esta difícil convivencia el hombre debe regirse por
principios universales de la razón, en los cuales ha de basarse el
Derecho. Los hombres forman la sociedad dando su consentimiento al
contrato originario, de forma que cada cual sólo se somete a las
leyes que libremente ha aceptado. El Estado es así el ámbito de la
autonomía y la participación de los ciudadanos, a la vez que es una
garantía para el uso de la libertad individual.
– Tocqueville, inspirado por su conocimiento de
la democracia estadounidense, considera que la democracia se basa
sobre todo en la igualdad de condiciones (oportunidades) y la
semejanza entre todos los miembros de la sociedad. La democracia, sin
embargo, está sometida a dos serias amenazas: El individualismo (que
erosiona la participación responsable) y la tentación de ejercer un
poder político paternalista (que reduce la libertad individual).
– John Stuart Mill valora el gobierno
representativo porque establece límites al poder y favorece el
desarrollo de la personalidad moral del individuo. Sin embargo, el
sistema representativo debe evitar caer en la “tiranía de las
mayorías”. Mill es un firme defensor de la libertad, por lo que no
es partidario de la intervención del Estado en la sociedad civil si
no es imprescindible.
– Max Weber analizó el proceso de formación
de las sociedades modernas, que en su opinión se caracterizan por
una progresiva racionalización de la vida, por un “desencantamiento
del mundo” y por el desarrollo de las organizaciones burocráticas.
Estos factores pueden llegar a amenazar la libertad individual, por
lo que es imprescindible reforzar el parlamentarismo para evitar los
excesos del Estado burocrático.
– Habermas ha desarrollado una fundamentación
deliberativa del Estado democrático de Derecho. Se trata de conectar
la ética discursiva con los procedimientos democráticos de toma de
decisiones, que deberán basarse en el debate y la argumentación. La
validez de las normas descansa en el consentimiento recíproco de
todos los afectados, teniendo en cuenta que los ciudadanos son al
mismo tiempo autores y destinatarios de las leyes.
La
legitimidad de la acción del Estado.
Para
que la intervención del Estado sea legítima debe atenerse al
Derecho, siendo conforme a la Constitución y a las normas
fundamentales (como la Declaración Universal de los Derechos
Humanos). Sin embargo, existen en la Constitución y en muchos
tratados internacionales algunas cláusulas que permiten a los
Estados realizar acciones excepcionales en las que se suprimen los
derechos y se recurre a la fuerza (Derecho de excepción).
Teóricamente esto sólo debería ocurrir en casos excepcionales y
extremadamente graves, tales como:
– La defensa en el espacio interior: Nuestra
Constitución contempla la posibilidad de suspender derechos y
libertades en situaciones extraordinarias con la finalidad de poder
restablecerlos posteriormente.
– Estado de excepción: Suspensión general de
derechos y libertades que se produce cuando el libre ejercicio de los
mismos ha quedado alterado y no puede restablecerse de forma
ordinaria; por ejemplo, cuando ocurre un desastre o una calamidad
natural.
– Estado de sitio: Reservado para situaciones en las
que se produzca una insurrección contra el orden constitucional; por
ejemplo, un golpe de Estado.
– Suspensión individual, aplicada a personas que
puedan hacer peligrar los derechos. fundamentales de los demás
ciudadanos.
– La defensa en el espacio exterior: Está asociada a
la intervención militar en contra de otro Estado para garantizar el
mantenimiento de la paz y de los derechos humanos. Esto plantea el
problema de la “guerra justa”; según la ONU, una guerra es
legítima sólo si es necesaria, eficaz, veraz, consensuada,
democrática, ajustada y no indiscriminada.
CUESTIONES.
1.
¿Cuál fue el origen histórico del Estado moderno en Europa?
2.
¿Cómo funcionaba la democracia ateniense en el siglo V a.C.?
¿Quiénes podían participar en esta democracia? ¿Qué rasgos
fundamentales tenía este sistema político?
3.
¿Cuáles son los rasgos básicos que debe cumplir un sistema
político para que podamos considerar que es una democracia? Explica
tu respuesta.
4.
¿Explica lo que significa la primera frase de nuestra Constitución:
“España se constituye en un Estado social y democrático de
Derecho”?
5.
¿Por qué sostenían Locke y Montesquieu que los poderes del Estado
deben estar separados? ¿Te parece razonable esta argumentación?
6.
¿Cuáles eran los riesgos para la democracia que vislumbró
Tocqueville? ¿Te parece que esos riesgos siguen estando presentes en
nuestros días?
7.
¿En qué consiste la visión deliberacionista de la democracia que
plantea Habermas? ¿Crees que se trata de una propuesta viable?
Explica tu respuesta.
8.
¿Qué relación existe entre la Declaración Universal de los
Derechos Humanos y la Constitución Española? Explica tu respuesta
detenidamente.
9.
Nuestra Constitución permite al Gobierno en su artículo 55
suspender los derechos y las libertades en casos excepcionales. Lee
este artículo y explica en qué consiste esta suspensión. ¿Crees
que se trata de una opción necesaria? ¿Cuáles pueden ser los
riesgos de esta posibilidad?
10.
¿Crees que es legítimo usar la guerra para defender la paz? ¿Qué
es lo que ha dictaminado la ONU acerca de este asunto? ¿Te parece
razonable? Pon un ejemplo extraído de la actualidad.
UD.
13. DEMOCRACIA MEDIÁTICA Y CIUDADANÍA GLOBAL.
OBJETIVOS.
–
Valorar críticamente el papel desempeñado por los
medios de comunicación en los modernos sistemas democráticos.
–
Describir el modo en que los medios pueden influir en la
política, analizando los posibles riesgos que esta situación
plantea para la salud de la democracia.
–
Explicar en qué consiste la globalización, valorando
críticamente sus aspectos más injustos.
–
Apreciar la importancia de la ciudadanía global,
solidaria y responsable en la construcción de un mundo más ético y
justo.
CONTENIDOS.
Democracia
mediática.
En
los sistemas políticos democráticos la opinión de los ciudadanos
tiene una enorme importancia. En la Atenas de Pericles esta opinión
se formaba mediante el debate público en el ágora. Posteriormente,
en los primeros estados democráticos modernos, la opinión política
surgía en los salones en los que se reunían los burgueses. Más
tarde, al extenderse la democracia, la creación de opinión política
se trasladó al parlamento y a los espacios públicos de debate.
Actualmente
la opinión pública se manifiesta sobre todo en los medios de
comunicación (prensa, radio, televisión, internet…) Estos medios
permiten la expresión pública de las opiniones de los ciudadanos,
pero también contribuyen decisivamente a formar esta opinión.
En
los últimos años se ha producido un cambio notable en el acceso a
la información puesto que las transformaciones técnicas han
permitido diversificar y democratizar las fuentes de información
(mediante los foros, los blogs, etc.). Asimismo, el aumento de los
medios de comunicación privados ha favorecido el pluralismo y la
variedad de puntos de vista.
Medios
de comunicación y poder político.
Los
medios de comunicación son tan influyentes en la democracia moderna
que se les ha llamado “el cuarto poder”. Pero se trata de un
poder informal, disperso y no coactivo que actúa limitando y
denunciando los abusos de otros poderes. La sociedad demanda que los
medios sean imparciales y objetivos, pero en muchas ocasiones sus
informaciones son parciales o interesadas.
El
protagonismo de los medios de comunicación en la democracia presenta
también sus riesgos. Es posible que los políticos dirijan su
discurso principalmente a los medios en lugar de a los ciudadanos. En
estas circunstancias suele ser más impactante el recurso a la
propaganda simplista que el análisis detallado de la realidad. La
política así renuncia a convencer a los ciudadanos y se centra en
vender eslóganes recurriendo al espectáculo y dirigiéndose más a
los sentimientos que a la razón. Los políticos pueden acabar
convirtiéndose en estrellas más preocupadas por la imagen que por
las propuestas.
Por
otra parte, los medios suelen mezclar la información y la opinión,
con lo que es difícil conocer objetivamente la realidad. En general
predomina un enfoque dramático en las noticias muy poco propicio
para el debate racional y constructivo.
En
ciertas ocasiones el poder político está ligado a ciertos grupos
mediáticos muy influyentes que resultan injustamente favorecidos. En
casos extremos puede producirse una situación de práctico monopolio
informativo que limita el acceso del público a información veraz y
plural.
Los
medios también pueden tener efectos muy negativos en la opinión
pública. Por ejemplo, pueden decidir qué hechos son significativos
y relevantes para el público, pueden conseguir que ciertas opiniones
se conviertan en mayoritarias y pueden llegar a convertirse en
portavoces de determinados grupos políticos o sociales.
Ciudadanía
global.
El
mundo actual se caracteriza por una creciente interdependencia
económica, social y cultural entre todos los pueblos de la Tierra.
El desarrollo de la tecnología permite una rápida interconexión a
escala planetaria. A este proceso se le denomina mundialización o
globalización.
La
globalización ha sido violentamente criticada por quienes consideran
que está aumentando las desigualdades. Sin embargo, sus defensores
apuntan que es un camino para superar las injusticias y para
promocionar el desarrollo y el bienestar a escala planetaria. Una
globalización democrática y justa debería estar guiada por el
entendimiento y el consenso. Tendría que basarse en la renuncia al
predominio absoluto de un país sobre los demás y en la limitación
del poder económico mediante una regulación adecuada.
En
su análisis acerca de esta cuestión, Karl Jaspers apuntó que se
trata de elegir entre dos opciones: Un orden mundial justo basado en
el derecho, el diálogo y la paz, o un imperio mundial establecido
sobre el dominio y la opresión de unos pocos sobre todos los demás.
La
perspectiva de la mundialización debe hacernos pensar en una
ciudadanía extendida más allá de nuestras fronteras nacionales y
especialmente sensible a las injusticias. La solidaridad debe
materializarse en un compromiso activo y responsable abierto al
futuro. Esta ciudadanía global ha de fundamentarse en un diálogo
amplio y abierto a otras perspectivas acerca de la verdad distintas
de las nuestras.
La
ciudadanía global supone extender la democracia y universalizar los
derechos humanos. Ello implica reformas de orden cultural e
institucional, así como cambios jurídicos que consagren la
inviolabilidad, la autonomía y la dignidad de la persona en todos
los ámbitos. Este es el camino para construir un nuevo orden mundial
basado en la solidaridad que permita reducir las desigualdades y
promover una organización social más justa.
CUESTIONES.
1. ¿Sabrías explicar por qué a los medios de
comunicación se les suele llamar “el cuarto poder”? Razona la
respuesta y busca ejemplos que ilustren tus puntos de vista.
2. ¿Crees que los medios de comunicación pueden
desempeñar un papel importante en la vida política de los sistemas
democráticos actuales? Explica tu respuesta.
3. ¿Cuáles son los riesgos a los que se expone la
democracia cuando los medios de comunicación adoptan un papel
esencial en la vida pública? Explica tu respuesta con ejemplos.
4. Trata de enunciar un “decálogo de buenas
prácticas” –un decálogo deontológico– con recomendaciones
para que los medios de comunicación desarrollen su papel
adecuadamente contribuyendo a la salud de la democracia.
5. ¿En qué consiste la globalización? En tu respuesta
trata de identificar las distintas dimensiones de este tema:
Económica, cultural, política…
6. ¿De qué modo puede contribuir el ejercicio de la
ciudadanía global a construir
un mundo más ético y justo?
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